Soile Isokoski, solaz en Richard Strauss

Quienes hace algunos años vieron su exquisita Mariscala en la Opera de San Francisco no podrán olvidarla. Tampoco quienes atesoran su registro de las Cuatro Últimas Canciones, justamente alabado por la crítica como uno de los referentes de la obra.

Una década después regresa la soprano finesa con Marita Viitasalo, su acompañante habitual, para un recital ejemplar que es un deleite de principio al fin. Integrado por veintitrés lieder de Richard Strauss que abarcan sesenta y cinco años, el período 1883-1948. Como final, Malven, su última canción (después de las cuatro últimas) dedicada a Maria Jeritza y que fuera recién estrenada en 1985 por Kiri Te Kanawa.

Isokoski mantiene la frescura y limpidez de una voz idealmente straussiana, de un lirismo que conquista desde el vamos y una simplicidad alejada de todo amaneramiento. Si en algún momento se la comparó con  Elisabeth Schwarzkopf (a propósito del registro de las Cuatro últimas), hoy se encuentra más cerca de Elly Ameling o Christine Brewer. Su enfoque es de una honestidad que desarma, allí reside su mayor virtud que hace olvidar alguna tirantez pasajera.

El ámbito íntimo del recital le sienta mas que la ópera y a través del programa la labor de Viitasalo denota una claridad y aliento poético que se aúna al de Isokoski. Sin rastros de exacerbado romanticismo, más cerca de Schubert (e incluso Mozart), es un concierto «como los de antes» que haría las delicias del compositor☼

* R. Strauss Lieder, ONDINE ODE 1187-2