Ecco il punto… de Mozart
No es un secreto que cantar (bien) Mozart es mucho mas dificil de lo que parece; hasta el mas avezado se escapa, sabe que el sendero está sembrado de invisibles arbustos espinosos. Por eso, la hoy “casi antigua” magia del disco compacto ahuyenta la distracción de ver al intérprete, algo que para bien o para mal se ha convertido en norma, permitiendo concentrarse en el sonido y expresión puros, ya que cuando de Mozart se trata, prima la pureza de ambos en el mas amplio sentido del término. En entregas separadas, los alemanes Dorothea Röschmann y Christian Gerhaher brindan dos recitales de arias del compositor, un repertorio que dominan aunque tiendan a salirse del canon del cantante mozartiano típico actual.
Podría decirse que la voz de Röschmann pertenece a la elusiva categoría de “gusto adquirido”, se ha consagrado como mozartiana pero el suyo no es un instrumento bello per se, lejos está la tersura de una Kiri te Kanawa, Renée Fleming o Margaret Price, la elegancia de Jurinac o Della Casa o la límpida distancia – por no decir artificio – de una Schwarzkopf o Janowitz. La alemana es un buen ejemplo de la genial frase de Callas “a Mozart no hay que cantarlo en puntitas de pie”, su enfoque revela justa urgencia y sorprendente intensidad dramática, máxime en esta oportunidad cuando la mayoría de las heroínas retratadas son feroces despechadas del clasicismo. En Röschmann se aprecia un vívido timbre esmaltado, en instancias rayano en una estridencia que aprovecha para el énfasis histriónico, graves de pecho no demasiado ortodoxos, y un dominio de la coloratura, de las cimas y remansos de este Mozart tan exaltado como su intérprete. Esta colección de “locas de atar” como sugiere Dieter Borchmeyer en el jugoso texto incluído, son auténticas “viragos”, mujeres conflictuadas, mandonas, ingobernables, enloquecidas, que bocetan las escenas de locuras de un belcanto romántico que está a la vuelta de la esquina.
Desde la temible Elettra de Idomeneo abriendo el programa, con aquella risa maníaca que corona su descenso infernal en una de las arias mas difíciles de la lírica al sufriente Titano de Bella mia fiamma addio que Mozart compuso en villa Bertramka, residencia veraniega de la soprano checa Josepha Duschek que, según la leyenda, no lo dejó salir de la habitación hasta concluirla, y a quien una década más tarde Beethoven dedicó su Ah, pérfido!. Demás está decir que Amadeus se vengó del encierro con un aria plena de trampas y obstáculos de los que Röschmann emerge triunfante.
Menos cómoda como la dulce Illia, si resuelve Donna Elvira y la Condesa Almaviva con encendida pasión que nunca desborda (por una vez el Dove sono es un doloroso racconto y esperanzada decisión) es Vitellia la otra joyita del disco. La manipuladora criatura de La clemenza de Tito queda retratada en Deh, se piacer mi vuoi y en una excepcional lectura del gran rondó Non piú de fiori, otra absoluta gema del salzburgués con obligado de clarinete, donde por momentos evoca la taimada ferocidad con la que Scotto la pintó en el Metropolitan neoyorquino hace tres décadas.
El acompañamiento de la Orquesta de la Radio Sueca y el ascendente Daniel Harding enmarca perfectamente a la cantante, el joven inglés aporta la necesaria cuota historicista con contrastes tempestuosos y reducido vibrato son ideales. A los 49 años, embarcada en un repertorio diferente que incluye Desdémona, la Mariscala, Eva, Elsa y Jenufa, es un buen testimonio de su notable paso por Mozart.
En la segunda entrega llega Christian Gerhaher, quizás el máximo Liederista alemán de su generación (cetro que disputa con Matthias Goerne) con un programa donde explora cinco roles para barítono de las óperas de DaPonte más La flauta mágica, es decir, papeles divididos en personajes de clase alta y clase baja, aristocracia y servidumbre. Así desfilan Don Giovanni (y Leporello), El Conde Almaviva (y Figaro), Guglielmo y el buen Papageno. El programa se completa con la Sinfonía 35 Linz con los movimientos curiosamente diseminados a través del recital a cargo de la Orquesta Barroca de Friburgo bajo Gottfried von der Goltz que aporta un vigoroso, transparente, fresco enfoque historicista. La idea de incluir la sinfonía tiene sus bemoles y en mas de una instancia estorba, resulta mas coherente en el ámbito de conciertos para descanso del cantante pero no deja de ser un relleno cuando se trata de un disco dedicado a un intérprete. Es una opción polémica defendida en el texto adjunto por el cantante que así arma un pasticcio personal con todas las de la ley.
Opiniones y diferencias aparte, como era de esperar las versiones de Gerhaher son formidables, de un detalle inmaculado, de una exquisitez proverbial donde no falta la expresión pulida y soberana. Gerhaher continúa la ilustre lista de grandes Liederistas que brindaron a Mozart un toque único y aristocrático, vaya el recuerdo para Dietrich Fischer Dieskau, Hermann Prey, José van Dam, Thomas Allen, Thomas Hampson y Thomas Quasthoff, sus mas directos antecesores y con los que inmediatamente se lo asocia gracias al decir único que proporciona la vasta experiencia en el repertorio camarístico.
La sedosidad del timbre y diferenciación de cada personaje muestran su versatilidad, rasgo evidente en el aria del catálogo (Madamina, il catalogo è questo) y en el Fin ch’han dal vino de Don Giovanni, asi como su envidiable legato en la serenata del Don acompañado por Avi Avital en mandolina. Si con el Don y el Conde obtiene rotundos triunfos (le van mejor con estos que con los sirvientes), con las tres arias de Papageno – acompañado en glockenspiel por Kristian Bedzuidenhout -se lleva las palmas, traza un hombre-natural para nada caricaturesco y en una vena filosófica tan pensativa como su colega Simon Keenlyside. El recital concluye con un magistral Rivolgete a lui lo sguardo con un Guglielmo de Cosí fan tutte arrogante y decidido.
Grabado en vivo al igual que el de Röschmann, también cuenta con un sesudo ensayo de Dieter Borchmeyer (La transformación de Eros en las últimas óperas de Mozart).
En ambos casos, dos distinguidos recitales que avivan la llama del divino Amadeus.
* MOZART ARIAS ROSCHMANN SONY 88875061262
* MOZART, GERHAHER,GOLTZ, SONY 88875087162