Un Otello para nuestra época

 

Si toda nueva grabación integral del Otello de Verdi suscita especial interés – e inevitable polémica sobre el valiente que se atreva a cantar el rol epónimo, dispuesto a exponer sus cuerdas vocales en los rigores pergeñados por el compositor y el pellejo frente a hordas de fanáticos defensores de gigantes del pasado  – ante todo se impone rendirse ante una partitura colosal en su perfección musicodramática supremo exponente del genio verdiano asi como lo difícil de plasmar convincentemente su protagónico. Cada registro completo en estudio, aparte de hoy dia un lujo per se conlleva la responsabilidad de testimoniar lo mas granado de cada generación de la que surge uno, a lo sumo dos tenores capaces de abordar al aguerrido moro de Venecia.

Desde la posguerra, con mayor o menor éxito, se recuerdan los Otellos del estentóreo Mario Del Monaco, el chileno Ramon Vinay, el corso Jose Luccioni, el inmenso Jon Vickers sin olvidar a Wolfgang Windgassen, James McCracken, James King, Carlo Cossutta , Giuseppe Giacomini y por supuesto Placido Domingo que debutó a los 34 años augurándosele que arruinaría su patrimonio vocal con un papel demasiado dramático para sus medios líricos. Echando por tierra toda predicción, el madrileño lo cantó un cuarto de siglo convirtiéndose en el máximo exponente del personaje al que Franco Corelli no se atrevió y que tanto Carlo Bergonzi como Luciano Pavarotti no acabaron de dominar. Ultimamente interpretado por Johan Botha, Jose Cura, Roberto Alagna, Aleksandr Antonenko y Gregory Kunde, al fin llega el heredero del cetro. Después de personificarlo en Covent Garden en 2017 y Munich en 2018 (esta última notable versión deberia aparecer en DVD como sucedió con la primera) a los 51 años desembarca Jonas Kaufmann en el estudio con superlativos resultados. Podrá argumentarse que la voz ha perdido cierto brillo si se lo compara con los extractos que grabó en 2013, pero Kaufmann esperó como debía y compensa cada tramo con una encarnación memorable, tan sólida como sus Siegmund, Parsifal, Lohengrin, Florestán y Werther. Todas las facetas del complejo personaje de Shakespeare via Boito emergen en su trabajo minucioso, impecable, que enfatiza las luces y sombras del personaje, una bipolaridad tan amenazante como aterradora. Brutal, tierno, impredecible, elegante, seductor, enloquecido, arrogante, finalmente derrotado, su Otello deja una impronta imborrable, con una voz de bronce oscuro que aunque al límite otra vez por momentos evoca al canadiense Vickers. Hay en el magnético Kaufmann una entrega absoluta, una espontaneidad que nace del exhaustivo trabajo y que lo hace digno heredero de Domingo, ya no importa por cuanto tiempo lo cantará, su personificación queda testimoniada para la posteridad. Es lo que cuenta.

Lo secunda el letal Iago de Carlos Alvarez (aunque imposible no recordar la fascinante composición de Gerald Finley en Munich), que rivaliza en atención con el protagonista, no en vano Verdi queria llamar la ópera por el nombre del enemigo. El suyo presenta un ataque frontal, no tan sutil como algunos ilustres antecesores pero de innegable impacto, Credo in un dio crudel lo testimonia sin vuelta de hoja quizás momento cúspide de la grabación.

El nombre de Federica Lombardi es la novedad del registro que bien pudo echar mano a otras Desdemonas mas famosas y experimentadas, léase Ermonela Jaho, Sonya Yoncheva o su habitual partenaire Anja Harteros como las primeras que acuden a la memoria. La joven italiana no decepciona entregando una Desdemona cristalina, simple, límpida y cálida a la vez, contenida, de raiz mozartiana, a la manera de Margaret Price, que contrasta radiante con Kaufmann. Desde el duo Gia nella notte densa al Ave Maria, Lombardi atrapa como una estrella que despunta. En el triángulo fatal de la tragedia, es manantial y bálsamo frente a dos titanes en pugna. Excelente el Casio de Liparit Avetisyan, el papel con el que Kaufmann hizo su debut americano en Chicago 2001, al igual que eficaces el Lodovico de Riccardo Fassi y el Roderigo de Carlo Bossi.

Espléndido Antonio Pappano al frente de la confiable Orquesta de la Academia de Santa Cecilia romana como hacedor y encargado de armar y completar el rompecabezas. Nuevamente confirma su extraordinaria flexibilidad, el infinito cuidado por sus cantantes asi como sus instrumentistas, palpado en los concertantes y solos que combinan el mismo poderío y exquisitez que trasunta Kaufmann de quien el director es su mejor aliado a través de varias grabaciones igualmente notables y que denotan la rendidora química entre ambos más la de los beneficiados que los secundan.

Este impactante Otello conquista por su heroísmo y también gracia, es un producto notable que testimonia la evolución del tenor de nuestra década en el personaje cumbre de la literatura lírica italiana para su cuerda.

*VERDI, OTELLO, PAPPANO, Sony Classical 886448058847