Jonas Kaufmann, el Fanciullo del Norte

 

Jonas Kaufmann_Nessun Dorma_cover

Quienes preocupados por el heredero de Placido Domingo apostaron durante años a varios tenores latinos, se equivocaban. Ninguno pensó que el sucesor llegaría desde el norte de los Alpes, algo que se reafirma con cada nuevo recital del muniqués Jonas Kaufmann, un tenor (y actor) equiparable al español en sus años de plenitud. En la última década, Kaufmann viene sosteniendo una carrera tan intensa como espectacular, sumando triunfos y madurando como cantante y como actor. Es el tenor del siglo XXI.

Aunque mas cómodo en repertorio germánico, sus incursiones en el renglón italiano despiertan algunas polémicas de orden técnico si bien es indudable su calidad y honestidad como intérprete. La mejor prueba es este flamante recital Puccini, donde en orden mas o menos cronológico, aborda las arias mas famosas del compositor con excepción de Che gelida mannina (La bohème) y E lucevan le stelle (Tosca) grabadas en un anterior para Decca y que bien pudieron incluirse ya que la duración del compacto son sesenta minutos. De todos modos, la ganadora combinación de compositor e intérprete atrae desde el vamos y no defrauda.

Si las interpretaciones del tenor bastan y en muchos casos, sobran, del único reparo no tiene la culpa el cantante sino Puccini, las arias son demasiado breves y en instancias semeja una colección pop destinada a público con déficit de atención. Para paliarlo, se incluyó algún dúo con la partenaire de turno, en este caso Kristine Opolais como Manon, Mimi y Liú. Como en el anterior recital Verdi, no deja de recordar al canadiense Jon Vickers, tanto en la oscuridad del timbre como en la exquisita diferenciación psicológica de cada personaje y en la virtud de hacer valer un recitativo, virtud compartida con Domingo.

Un caballero Des Grieux primero desbordante de inocencia y vigor juvenil y luego justamente desesperado en el final del tercer acto, un reflexivo Recondita armonia pensado como el pintor Cavaradossi frente a la tela, un Dick Johnson de La fanciulla del West realmente interesante, un Rodolfo intenso y tierno, un Roberto de Le villi y un Pinkerton ambos arrepentidos y desolados, el “himno a Paris” de Ruggiero (La Rondine) y el florentino por Rinuccio (Gianni Schicchi) más un impresionante Hai ben ragione de Il Tabarro sin olvidar Orgia chimera dall’occhio vitreo de la olvidada Edgar.

Para el final, la ópera inconclusa del maestro, el título del álbum y el misterio de este Calaf revelado, Nessun dorma precedido por Non piangere Liu. Pocos recuerdan el clamor inicial cuando Pavarotti grabó Calaf junto a Sutherland en 1972, a un tenor tan lírico teoricamente le estaba vedada un aria compuesta para uno mas dramático, es decir del calibre de un Merli, Martinelli, Lauri Volpi, Del Monaco o Corelli, hecha la salvedad que el impagable Caruso habia fallecido cuando Puccini compuso Turandot. Si Gigli, Cortis, Pertile, Bjorling y Gedda le habían dado el viso lírico, fue Pavarotti quien la popularizó a niveles impensados sin contar con la literal vandalización que le siguió imparable hasta hoy. Con Kaufmann se vuelve a una mayor garra dramática, mas ortodoxa hacia el personaje y si menos luminoso que el modenés, es un Calaf que pide por un registro completo de la ópera.

El bávaro sabe mejor que nadie que no es un tenor pucciniano por naturaleza y se redime con una inteligencia y entrega superlativas, su reciente triunfo en La Scala con un recital semejante de próxima aparición en DVD lo confirma. En este compacto de Sony está esplendidamente secundado por Antonio Pappano y la Orquesta de Santa Cecilia, deja sentado que después del magnífico CD Wagner con Runnicles, los de Lieder de Strauss y Schubert, opereta, verismo y Verdi – y no olvidar los DVDs como Werther, Parsifal, Lohengrin y otros – Kaufmann con Puccini cruzó los Alpes para conquistar tanto como aquel príncipe ignoto.

* NESSUN DORMA, THE PUCCINI ALBUM, KAUFMANN, PAPPANO, SONY 88765 092482