Una pasión seráfica
En alineación con el próximo Viernes Santo y como sermón -y bálsamo- para una semana conmocionada por acontecimientos que escapan la escala humana, Seraphic Fire se enfrentó con un Bach fundamental: La pasión según San Juan.
Salió airoso del desafío. En primer término, una felicitación por presentarla completa, lo que supone una bienvenida costumbre y también un reto a la resistencia de sus miembros como, en otro sentido, para sectores mas complacientes del público. En el adecuado ámbito de la catedral Trinity sólo la excesiva reverberación conspiró contra el empaste de matices instrumentales y la claridad textual del coro.
Con su sagacidad característica, Patrick Quigley, brindó una Pasión de corte íntimo – como la original en Leipzig 1724 – que pareció nacer de la confusión para crecer musical y dramáticamente hasta alcanzar la emoción contenida y profunda. El tratamiento instrumental de las voces dio oportunidad de especial lucimiento al coro seráfico que culminó la representación con un sobrecogedor Ruht wohl, ihr reiligen Gebeine y un luminoso Ach Herr, lass dein lieb’Engelein.
La solidez de los solistas apuntaló el éxito de la representación siendo decisivo el aporte de Byron Grohman como el Evangelista. Exacto en timbre e impostación recordó como narrador del drama cuánto debe a Bach el “Verfremdungseffekt” abogado por Bertolt Brecht dos siglos después. De igual calibre y nobleza el Jesús de Paul Max Tipton compitió en intensidad con el sobresaliente Pilatos de James Bass.
Las arias, engarzadas como único respiro – y comentario – al drama fueron vertidas eficazmente: Reginald Mobley – en una de sus mejores intervenciones hasta hoy – cantó Von den Stricken meiner Sünden y aunque pudo echárselo de menos en Es ist vollbracht, Misty Bermúdez supo investirle la emoción requerida enmarcada por el doliente cello de Brian Howard. Asimismo, brillaron Kathryn Mueller en Ich folge dir y Charles Wesley Evans en Mein teurer Heiland mientras el resto de las intervenciones fueron ajustado complemento.
A casi tres siglos de su estreno, La pasión según San Juan irradia tal fuerza expresiva y vigencia que impone una reflexión tan actual como necesaria. Un paso adelante para Seraphic Fire y una Pasión que tuvo en el equipo liderado por Patrick Quigley un traductor a la altura de las expectativas☼
Sebastian Spreng©