Carlos Kleiber en Stuttgart 1970

Al preguntarle a Ramón Tebar, flamante director musical de la Florida Grand Opera, por sus directores favoritos, el joven valenciano sintetizó el sentimiento de muchos de sus colegas “Está Carlos Kleiber y están… los demás”.

Y mientras se aguarda con justificada impaciencia la aparición en DVD de dos documentales biográficos – I am lost to the World de Georg Wübbolt y Traces to Nowhere – nunca es tarde para disfrutar de sus hoy legendarios ensayos de Stuttgart en 1970, una de las raras filmaciones que permite ver su desempeño siempre fascinante.

Para comprender el fenómeno Kleiber, basta con mirar el escepticismo de los miembros de la orquesta atónitos con las indicaciones del director hasta caer, finalmente, rendidos ante su magnetismo personal.  Así, las oberturas de “El cazador furtivo” y “El murciélago” – dos obras que se contaron entre sus mayores especialidades – cobran un vigor e interés inusuales en ensayo y luego durante el concierto.

Sus instrucciones son como para alquilar balcones:  “Imagínense el negro más negro…” – a propósito de Der  Freischütz«¿No creen en fantasmas?, por favor les pido: crean en fantasmas, imaginen que son espíritus matemáticos y deben ronronear como relojes”.

Y cuando aborda Die Fledermaus los azuza “No lo quiero staccato sino staccatissimo, tengan la alegría de estropear un poco el ritmo para llevarlo a la parodia” – mira de reojo a la cuerdas y agrega – «ustedes están borrachos pero todavía pueden manejar de vuelta a casa, y  además, esas corcheas tienen que ser más nocivas, por favor señores, con más nicotina”.

Después del ensayo llega el concierto – ambos en blanco y negro y sonido monoaural – y quizá nunca la Südfunk-Sinfonieorchester sonó igual ni sus integrantes parecieron tan entusiasmados.

“Prometo no interrumpirlos mas, perdón, yo se que soy incomprensible” se retracta con humildad el más elusivo de los directores de orquesta del siglo XX, transformado en un maestro de escuela incintándoles la imaginación y curiosidad a sus alumnos «Les pido algo más, no toquen para ellos sino para ustedes».

Un ensayo provocativo y un concierto memorable para un DVD que trae a colación la anécdota del Festival de Bayreuth según la cual “Kleiber fue el único que logró que los músicos estuvieran en sus puestos sin tener que acarrearlos desde la cafetería”. Razón tenían ☼

Sebastian Spreng©

*CARLOS KLEIBER – REHEARSAL AND PERFORMANCE – ARTHAUS MUSIK 101 063