Un traje a la medida de Miguel Angel Solá

 

Hace más de cuarenta años que conozco a Miguel Angel Solá. Hace más de veinte que no lo veo. Nunca se sabe, quizás no vuelva a verlo. Lo cierto es que en la temprana década del 70 nos hicimos amigos entrañables e instantáneos gracias a Eqqus y El hombre elefante sin olvidar su Stanislas de Jean Cocteau donde tuve el privilegio de que me eligiera como su escenógrafo. Con él aplica el “Te acordás hermano qué tiempos aquellos, la vida nos daba la misma lección”. Y qué lección. Al igual que el protagonista de El último traje, somos parias, sobrevivientes en un mundo que si ya era raro, está mas raro que nunca.

La película de Pablo Solarsz – recordado por Historias mínimas – funciona como eso, es un canto a la amistad, a lo que nada puede destruir, a lo que perdura mas allá de todo. Y que las hay las hay, en más de una oportunidad pueden salvar la vida, me consta. Es un tango pero, un tango polaco, como esos insólitos del este europeo que revela youtube cuando uno busca desvelado completar aquella letra de Cátulo Castillo que se le extravió en algún vericueto de la memoria. No casualidades, hay coincidencias. Mezcla el ácido humor argentino con el ácido humor judío, una combinación ideal sin la cual no podría sostenerse aunque se sostenga de por sí en el andamiaje filigrana tramado por este actor inmenso, eje impecable del film.

En acertadísimo blanco y negro (significativamente las escenas menos convincentes son las en color, y donde él no está), Solarsz se deleita plantándole la cámara en primeros planos que no sólo permiten ver su cara ajada por el tiempo y maquillaje, sino volver a comprobar que los actores genuinos no necesitan hablar, bastan los ojos para que el espectador se estremezca adivinando lo que piensa el personaje. Y aquí el teatro debe volver a agradecer al cine, a la pantalla grande que ostenta ese privilegio, el de mostrar cada poro, cada arruga verdadera y de las otras, así como la honestidad de una interpretación que se agiganta a medida que transcurre. Acostumbrado a la pantalla chica, léase televisión (por mas grande que hoy luzca sigue siendo chica) y su curioso mecanismo que permite ver largometrajes como a través de un impiadoso microscopio, El último traje merece verse en la buena, vieja y querida pantalla grande. Es otro requisito para la emoción, para dejarse invadir sin pruritos ni concesiones.

 

En última instancia, poco me importó el merecido aplauso del cine repleto del Miami Film Festival, al final había abandonado mi patética, pretendida imparcialidad, estaba solo en la estación de tren alemana compartiendo el banco con Don Abraham Bursztein paralizado ante la voz del parlante que informaba salidas y llegadas, quizá evocando al del campo de concentración, recurso tanto mas efectivo que la visión de los nazis: el cine nos ha hecho ver demasiados, mejor no verlos sino temerles. Hoy vuelve a ser peor lo que no se ve, lo que se imagina. Mas allá de la excelente banda sonora de Federico Jusid, poco importan los recursos y resortes a los que Solarsz apele, la invitación al viaje es lo que cuenta, los lugares, situaciones y personajes – impagable Angela Molina – y la colosal encarnación de Solá, en cada réplica, mueca, guiño, gesto, berrinche, pataleta, mirada, hasta en la soledad inconmensurable de acabar como despojo humano tirado en la cama del hotelucho madrileño.

Se equivoca el envarado crítico enredado, acierta el que va al cine, teatro, ópera, ballet o exposición a tener una experiencia, a simple y llanamente permitirse la emoción, a salir diferente y mejor aún, si sale mejor persona. Lo demás es pretensión, posturas, banalidad, aburrimiento. Para completar la ecuación como se debe hay que salir con un nudo en la garganta, tal como quien me advirtió “Como judía, hija de sastre judío y polaco, después de verlo no se me ocurre ningún judío que pueda emularlo, genial es poco”. Más claro echarle agua. Miguel Angel Solá nos debía esta actuación, me la debía, tanto como yo le debía estas palabras. Gracias. 

 

The Last Suit -.Miami Film Festival – Lunes 12 de marzo @ 5:00pm REGAL 17

https://2018.miamifilmfestival.com/films/the-last-suit-el-ultimo-traje/