Abrasadoras noches transfiguradas
Decidirse por un disco tentado por la atracción que ejerce su portada me transporta a mi adolescencia; de hecho, un glorioso Edvard Munch es el que hoy me impulsa a reincidir para revivir aquel añorado sentimiento. “Hacia el bosque” del genial noruego resume el contenido de este magnífico programa en una edición que inaugura el año 2021 con una nostálgica mirada al pasado para reverdecer la otoñal explosión creativa de final y principio del siglo XIX y XX.
Cuatro piezas de amor, destino, encuentros, adioses y muerte por cuatro compositores combinan revelaciones con otras de íntima familiaridad conformando una entrega irresistible a los amantes de ese universo musical bajo la amenazadora sombra de Strauss, Mahler, Freud, Kokoschka como de las guerras por venir y el wagnerianismo rampante del siglo anterior. Si el anzuelo es el clásico Noche transfigurada de Arnold Schönberg, en soberbia lectura de la BBC Symphony Orchestra bajo Edward Gardner, la añadidura constituye la mayor novedad e interés.
La ampliada versión para cuerdas de 1917 de Verklärte Nacht funciona como núcleo y nexo aleatorio. Primero sexteto en 1899, un alarde magistral de juventud, y luego agigantada para cuerdas en 1917 (y revisada en 1943), esta declaración de amor de Schönberg a Mathilde, la hermana de su maestro Alexander von Zemlinsky a quien desposaría en 1901, resume un final y principio encapsulado en una de las partituras mas bella e inquietantes jamás compuestas y que alertan de un compositor joven a punto de agotar sus posibilidades tonales asi como Picasso, su equivalente pictórico, al mismo tiempo rompía cánones visuales para acceder a otra dimensión.
Otra curiosísima Noche transfigurada enciende el programa, la firmada por Oskar Fried (1871-1941) escrita en Berlin en 1901 basada en Weib und Welt (Mujer y mundo), el mismo poema de Richard Dehmel (1863-1920) que inspiró al vienés Schönberg. Mas que como compositor, el berlinés Oskar Fried fue conocido como director de orquesta habiendo grabado la premiere de la Segunda Sinfonia de Mahler y estrenado la Novena en Berlin. Su tratamiento es tristanesco, asfixiante, suntuoso tanto orquestal como vocal con la participación de mezzo y tenor navegando una partitura riquísima, previsiblemente intrincada, que no deja de compartir similaridades con la primera parte de las Gurrelieder de Schönberg. Stuart Skelton y Christine Rice son solistas espléndidos en esta sorpresa que de por sí vale el disco.
Pero hay todavía mas, el “poema sinfónico para tenor y gran orquesta” Fiebre de 1915 firmado por el mismísimo Franz Lehar. Quinta parte de la colección Aus eiserner Zeit es una ventana trágica tan inesperada como inusual, tan lejos de La viuda alegre y El pais de las sonrisas, compuesta cuando su hermano menor Anton fuera gravemente herido en la Gran Guerra y destinada a ilustrar el sufrimiento de los combatientes. En el delirio del soldado aparecen y desaparecen marchas militares “á la Mahler” y una feroz pincelada con la Marcha Radetsky en un contexto menos festivo que el acostumbrado hoy dia. Regresa el excelente Stuart Skelton en la parte solista quien luego también cierra el programa con las bucólicas Canciones del Adiós – (Vier) Lieder des Abschieds -de Korngold, postre perfecto para concluir el banquete belle epoque.
Es apropiadísimo final en el mismo espíritu del anterior ya que Korngold fue reclutado a los dieciocho años para ser providencialmente salvado por un doctor que reconoció al “prodigio vienés” designándolo a la banda del ejército. El ciclo de cuatro canciones fueron estupendamente grabadas por Anne Sofie von Otter, Sarah Connolly y Linda Finnie, todas mezzos por lo que escucharlas por un tenor heroico añade interés, y además por una voz masculina al tratarse de una despedida no sólo a Viena sino a su enamorada en ese momento imposible, la actriz Luzi von Sonnenthal con quien se casaría en 1924.
Párrafo aparte merece la óptima toma sonora de CHANDOS, de una transparencia exquisita que permite disfrutar del tapiz orquestal y su amplísima gama cromática desplegada por las colosales cuerdas de la BBC de una expresividad clara, doliente, lacerante capitaneadas por Edward Gardner.
En síntesis, como arroparse en un abrigo para emprender una caminata crepuscular, al igual que la pareja de Munch, hacia un bosque misterioso en un abrazo musical que literalmente abrasa.
*VERKLÄRTE NACHT, GARDNER, BBC SYMPHONY ORCHESTRA, CHANDOS CHSA 5243