Carmen «á la Lenny», reverdecida y resucitada

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Reaparece triunfal una de las mas controvertidas grabaciones de Carmen. En su momento, el registro de la ópera de Bizet por Leonard Bernstein basado en las representaciones del Metropolitan Opera en 1972 fue tan cuestionado que para algunos era casi una «mala palabra». Hoy, gracias a la notable restauración de las cintas originales de la breve “era cuadrofónica” realizada por Pentatone, reverdece como otro producto genial del visionario – o visionario del genial – “Lenny”.

Es cierto que la década del setenta lleva la impronta de Carmen por ilustres directores, curiosamente, ninguno galo. Es la década en la que Solti irrumpe en Covent Garden con una versión legendaria que será luego llevada al disco aunque cambiando a Verrett por Troyanos como protagonista. Es la década de Abbado con Berganza en Edimburgo posteriormente grabada. Es la década de Carlos Kleiber y su Carmen vienesa, afortunadamente filmada. Y en las tres, Domingo será el Don José por excelencia y merecido. Es también la década de la rentrée de Régine Crespin con su Carmen elegante – también entonces cuestionada – de la mano de Lombard.

Semejante competencia será una irresistible tentación para un Bernstein que como director no frecuentó demasiado el género: Fidelio, Falstaff, Der Rosenkavalier, Bohéme, Tristan y las famosas funciones scalígeras de Medea y Sonnambula con Callas como testimonios grabados. Sus protagonistas originalmente contratados para Tannhäuser por Rudolf Bing, debieron cambiar el Wartburg por Sevilla con la asunción de Göran Gentele como flamante regente del teatro también a cargo de la puesta que usaría la versión de Fritz Oeser. Pero Gentele morirá en un accidente, Bodo Igesz asumirá la producción y la noche inaugural servirá de tributo, con escenografía del gran Svovoda y coreografía de Alvin Ailey para mas datos.

A cuarenta y tres años de distancia, aún tan impredecible como su heroína, Bernstein entrega en Carmen un festival, vívido, brillante, exuberante, emocional, opulento y colorido. Quizás no para el purista que aún podrá tildarla de descaradamente “americana” sin permitirse la seducción francesa que emana generosa de la batuta del maestro. Atípica, lenta, sexy, envolvente, teatral del principio al fin aunque jamás verista, Bernstein estampa un sello gálico totalmente sinfónico a una orquesta tan explosiva como elegante, dejando el puro drama para la escena pero enmarcándolo con una sinfonía plena de contenido dramático, es decir, lejos del rival Karajan cuyas Carmen fueron haciendose más y más sofisticadas con el paso del tiempo.

Y Marilyn Horne, casi veinte años después de haber doblado a Dorothy Dandrige en Carmen Jones, es un lujo de mezzo usando la parte como soprano, en la mitad exacta. A este volcán apasionado le sobra voz, si hosca, sarcástica e ingobernable sabe entonar la Seguidilla como un susurro francamente inolvidable con la sedosidad de una Dalila, y en el aria de las cartas verter un torrente sonoro, Orfeo, Didon y Santuzza conjugadas. Demás está asegurar que con virtudes y defectos, junto a Stevens, Bumbry y Verrett, Horne se inscribe como la Carmen americana de rigor.

El resto está un punto por debajo, en especial el explosivo James McCracken – mas Tannhäuser que Don José – tan crudo y gutural que cuesta no estar siempre del lado de la gitana, especialmente en la escena final, verdadero torneo de lógicos ribetes taurinos. Tampoco Adriana Maliponte – en reemplazo de Teresa Stratas, una artista de garra – termina de convencer como Micaela, correctísima pero sin ningún interés en un personaje pálido de por sí de acuerdo a la mala tradición. Sólo Tom Krause repunta como un seductor Escamillo de estirpe mozartiana y Donald Gramm, un Zuniga de quilates.

El «nuevo sonido» impacta y sorprende. La presentación tipo libro todo un acierto, sólo la portada peca de falta de imaginación.

Hay más de doscientas grabaciones de Carmen y si las mencionadas – más las referenciales de Beecham con De los Angeles y Pretre con Callas – son hitos discográficos, ésta á la Lenny se ha ganado un lugar merecidísimo por fascinante y diferente.

BIZET, CARMEN, LEONARD BERNSTEIN, PTC 5186 216