Cumbres y abismos de dos viajes sin retorno

 

Inagotable manantial de inspiración, El viaje de invierno concita cada vez mayor atención, trasciende expandiéndose a todos los registros vocales e incluso versiones sólo instrumentales gracias a su modernidad irrefutable. El lúgubre ciclo de 24 canciones de Franz Schubert es música atemporal que viaja libremente por los siglos instalándose como el grupo de Lieder mas notable de su autor, quizás de la literatura liederística. Asi lo atestiguan decenas de versiones desde 1928 – un siglo después de que Schubert lo estrenara en el año de su fallecimiento con apenas treinta y uno – en adelante con los pioneros Hans Duhan, Gerhard Hüsch, Karl Schmitt-Walter, Peter Anders y Hans Hotter a la cabeza. Si hace pocas décadas sólo se obtenían un puñado de versiones, hoy son docenas las que compiten por un cetro aún ostentado por Dietrich Fischer Dieskau y el inmenso Hotter, ambos barítonos aunque el ciclo original fuera concebido para tenor.

Y en este nuevo siglo que ya ha visto tantas excepcionales lecturas por veteranos y jóvenes artistas, dos flamantes ediciones vienen a corroborar su vigencia. En primer término Ian Bostridge que regresa al ciclo que cantó más de cien veces y grabó en varias ocasiones además de servirle de sujeto a videos y a su libro Winterreise, Anatomía de una obsesión. Esa evidente obsesión lo lleva a investigar cada rincón, cada posibilidad hasta hacerse uno con este ciclo que lo acompaña desde hace tres décadas. A sus 54 años, el cantante vuelve a registrarlo, esta vez en Wigmore Hall acompañado por el compositor Thomas Adés. Así la cita del compositor que abre su ensayo incluído en la edición “Cada vez que quise cantar al amor se volvió dolor y cada vez que quise cantar al dolor se volvió amor” parece hacerse carne en Bostridge. Ya no es el impecable tenor inglés de la versión 1994, ni el inquisitivo de la lectura junto al noruego Andsnes, es un ser desesperado que a lacerantes brochazos pinta la tragedia schubertiana como Van Gogh pintó su último trigal con cuervos. Adés es su exacta – y reveladora – contraparte, aportando el fascinante matiz del compositor interpretando a otro como hizo Aribert Reimann en su versión con Brigitte Fassbaender. De hecho, la dupla Bostridge-Adés se acerca a la pionera de sus compatriotas Peter Pears-Benjamin Britten, célebre por su crudeza y expresividad. Dentro de estos parámetros, ésta también es un “gusto adquirido” alejada de la sedosidad y exquisitez de los germánicos Anton Dermota, Peter Schreier o Christoph Pregardien o el vasto, oscuro dramatismo de Jon Vickers y Jonas Kaufmann. El espejo deformado de la portada á la Lucien Freud por el premiado Stuart Pearson-Wright es el ideal adelanto de los terrores y angustias que esperan al aficionado.

En las antípodas absolutas el flamante registro de Peter Mattei se ubica como el mas bellamente cantado de los últimos tiempos. A los cincuenta, el gran barítono sueco decidió afrontar el reto por vez primera como el lector que paciente espera madurar para leer y aprovechar mejor A la busca del tiempo perdido de Proust. A los cincuenta y cuatro – igual que Bostridge – lo graba junto al excelente Lars David Nilsson. No hace mucho, Mattei deslumbró con un recital Mahler repitiendo la hazaña al entregar una lectura fresca, soberbia, épica, de inaudita belleza sin dejar de atender la faceta trágica. Mayormente asociado con la ópera, esta incursión al Everest del Lied lo impone como triunfador. La voz es genuina madera, el legato perfecto, es una columna sonora homogénea también capaz de expresar sutilmente cada matiz de los poemas de Müller como si los hubiera cantado desde siempre. Si las notables versiones de contemporáneos como Matthias Goerne, Christian Gerhaher, Gerard Finley se han equiparado a predecesores como Thoas Allen, Tom Krause, Thomas Hampson, Olaf Bär y los mas lejanos pero referenciales Hermann Prey, Hotter y Fischer Dieskau, esta incursión de Mattei evoca a la primera de Thomas Quasthoff, entonces una voz de riqueza soberana. Un derrotero mas espontáneo y luminoso que otros asimismo válido.

*SCHUBERT: Winterreise / Ian Bostridge; Thomas Adés / Pentatone PTC 5186764
*SCHUBERT: Winterreise / Peter Mattei; Lars David Nilsson, pno / Bis SACD-2444