Todos los caminos conducen a Norma

Dicen que mas vale tarde que nunca y para validar el dicho la ilustre Mariella Devia decidió esperar hasta los sesenta y cinco años para enfrentar el Everest de las sopranos, la sacerdotisa Norma de Bellini. A una edad en que la mayoría de sus colegas han pasado a cuarteles de invierno, Devia lo aborda con una batería de recursos que deja atrás a muchas rivales mas jóvenes. Así se da el gusto coronando su impecable trayectoria de más de cuatro décadas con el mayor desafío de su carrera. Desde su debut como la druida en Bologna 2013 a la última en mayo de 2018 en Venecia a los setenta y uno, la cantará en teatros de Italia, España y Japón. El presente DVD es su penúltima, en enero del 2018 en Genova, marcando una ocasión histórica digna de ser preservada para la posteridad.

Ante todo se está frente a una lección de belcanto, de irreprochable buen gusto así como de técnica vocal. El control y preservación de la voz es milagroso; no se siente un momento forzado ni tensiones ni vibrato excesivo ni vicio o amaneramiento adquirido a través de los años como en el caso de Edita Gruberova, otra diva que abordó Norma tardíamente, a los cincuenta y siete. Para el aficionado avezado a Normas de diferente edad y procedencia no es común relajarse y disfrutar una Norma en su totalidad, comprobandose en Devia el dominio sin fisuras de un papel emblemático. A los setenta, la pequeña ligurense asombra  con aquella misma limpidez y elegancia con las que deleitaba a los cuarenta como Amina, Lucia, Fiordiligi, las tres reinas donizettianas, Violetta o Gilda enseñando su ejemplar evolución de soprano lirica a soprano dramática de agilidad. Por otra parte, en su sedoso clasicismo, meticulosidad y exquisitez esta Norma no admite comparaciones con ilustres predecesoras, mas vehementes o mas poderosas, es un producto único de una gran cantante en su dorado ocaso.

A su lado, un formidable elenco joven se ocupa de enmarcarla como merece. Desde el Oroveso de Riccardo Fassi al estentóreo Pollione del rumano Stefan Pop – compañero habitual de las últimas presentaciones de la Devia en varios títulos – a la notable Adalgisa de una lírica Annalisa Stroppa, rival fresca, joven y creíble en la disputa por Pollione, cuya bella estampa y voz señalan ideal contraste en los duos con Devia. En el foso, Andrea Battistoni crea el eficaz soporte con la orquesta y coro del Teatro Carlo Felice.

El único renglón deficiente en toda esta feliz seguidilla de Normas para Devia han sido las puestas en escena, rebuscadas cuando no caducas, de pretenciosa modernidad que acaban cayendo en el provincianismo mas insulso. Vale destacar que esta ópera no se presta a destripes radicales, nadie los pretende si basta recordar aquella última de la Fura del Baus en Londres. Aunque mas moderada que otras a raíz de la «gira» de Devia, ésta no es la excepción. La escenografía de Federica Parolini y vestuario de Daniella Cernigliaro trabaja con harapos, estructuras metálicas semejando telarañas e hilos, sogas y amarres para mostrar las ataduras entre los personajes amén de símbolos crípticos poco atractivos, es una propuesta superficial, deslucida que si bien no molesta poco o nada aporta. Para empeorar las cosas, el vestuario e iluminación de Luigi Biondi juega con tantos colores y efectos de neón que los momentos mas logrados son los mas oscuros, cuando se concentra en los personajes protagónicos. En el mismo nivel, la dirección escénica a cargo de Luigi di Gangi y Ugo Giacomazzi es previsible y correcta con excepción del coro que en todo momento gesticula como en una película muda o deambula por la escena francamente desorientado. 

En síntesis, una versión que puede verse sin mayores expectativas pero que funciona mejor con los ojos cerrados cuando se comprueba la extraordinaria interpretación de la última gran estilista de su generación y que confirma que «todos los caminos llevan a Norma».

*BELLINI, NORMA, BATTISTONI, DVD BONGIOVANNI AB20041