LEIF OVE ANDSNES, NO SÓLO PROFETA EN SU TIERRA

Bergen, 28.04.2022 
Leif Ove Andsnes 
Photo : Helge Hansen / Montag

Si tiene la suerte de encontrárselo y todavía no sabe quién es Leif Ove Andsnes, podría suponer que se trata de un médico, un pastor, un ejecutivo, un explorador nórdico o un pensador, y si en cierto sentido es un poco todo eso,  en verdad es uno de los eximios pianistas del planeta, quizás el mas prolífico, multipremiado y como músico mas famoso de su país, el máximo embajador artístico que hoy tiene Noruega. Lo mejor es que el lo sabe pero no se lo cree y allí está la diferencia, quizás porque su sencillez y serenidad sean marca de fábrica o porque está hecho de genuina “madera noruega” (perdón Paul, John y Murakami), conquista sin pretensión destilando una integridad hoy mas necesaria que nunca. Desde su debut a los diecisiete hace treinta y seis años, Andsnes viene construyendo una colosal carrera manejada con modestia e inteligencia únicas, sin amaneramientos ni excentricidades. Abre su senda sin prisa y sin pausa como voz distintiva, elegante, sobria, poderosa, impecable, fruto de una disciplina férrea pero disfrutada.  El sábado 30 de septiembre, regresa a Miami – anteriormente fue solista con NWS y la Cleveland – para interpretar el “Emperador” beethoveniano junto a la Academia Orquestal de América que tocará en octubre con la New York Philhamonic.

En distendida charla desde Bergen, donde reside con su esposa y tres hijos, adelanta para este medio:

Después de un largo paréntesis ha regresado al Emperador

De hecho, el Quinto fue de los últimos que abordé, tenía treinta años y al principio no me sentía demasiado cómodo,  sentía que estaba tocando «demasiadas» notas y arpeggios y no “música”, al tiempo lo dejé de lado y al reecontrarlo, cuando miintegral Beethoven con la Mahler Chamber Orchestra, [fue solista y director] esto se revirtió completamente, diría que creció en mi porque comprendí cuan diferente era de los previos cuatro. Pensaba que el tercero y quinto eran similares pero al tocar todos comprendí que el tercero es puro Sturm und Drang, todo preguntas y respuestas, en cambio se llega al quinto y se asciende hacia una libertad total. Marca un éxtasis desde la primera nota, se ha llegado a una cima, no es sólo romántico hay también una plenitud única. En contraste con la incansable búsqueda que plantean los dos primeros, tan clásicos, con el tercero tan revolucionario y el cuarto de increíble lirismo, en el quinto “está todo ahí”. Liszt lo tocó en su debut parisino, era “el” concierto del siglo XIX, a partir de alli cada concierto empezaría con una gran declaración, como modelo de concierto heroico que llega hasta Rachmaninov y Prokofiev. Posee magia, en cosas que podrian ser triviales, elementales, que cobran importancia inusitada. En el primer movimiento hay momentos en los que el tiempo literalmente se detiene y no se alcanza a entender por qué, porque no se trata de algo espectacular sino de la sumatoria del todo. Beethoven tenía una poderosa conexión con la verdad.

Venera a Bach aunque no aparece en su repertorio habitual

Podría decir que es mi Talón de Aquiles, no tuve una dieta Bach desde niño, no venía a mi tan naturalmente como otros. Es un lenguaje específico y no podemos obviar que compuso para un instrumento diferente al que toco, hay un gran salto entre el clave y el piano moderno. Más allá de que lo interpreto en piano diría que aún no encontré mi camino con Bach aunque, obviamente es lo máximo. Hace poco estaba en Leipzig tocando con la Gewandhaus y uno de sus músicos enfatizaba cuan importante para Bach era ser maestro, y como maestro esencial parecería decir “Estudien para ustedes, no es necesario tocar en público”. Me gustó ese concepto, establecer esa intimidad, con la base, con el maestro, disfrutarla sin necesidad de hacerla pública.

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Su repertorio es amplio e inmenso, impresiona la edicion de 36 cds de sus primeros años que lanza Warner este mes de octubre

Le  confieso que me resulta extrañisimo ver tantas grabaciones de mis primeros veinte años de carrera. Soy el primer sorprendido, porque aprendo despacio, me tomo mi tiempo, no puedo preparar algo apresurado, necesito meses incluso años para asimilar una obra. Hay tanto repertorio, siempre trabajo en piezas que no conozco y me dejo llevar por el instinto pero no me alcanza una vida para una oferta literalmente infinita. Es un deleite que implica elegir a consciencia y se me hace dificil.

En ese abanico que va desde Grieg [en su caso tan inevitable como definitivo], Mozart, Chopin, Rachmaninov, Schubert, Janáček, Nielsen, Ravel, Szymanowski, Bartók a Shostakovich, Britten, Kurtag, Sorensen, Silvestrov o los noruegos Tveitt y Hvoslef  destaco sus dos álbumes dedicados a Sibelius y a Dvorak, auténticas revelaciones, fue este último gracias a su ilustre profesor checo?

Sería lógico suponer que fue gracias a Jiři Hlinka que me guió desde los quince años pero no, el me hizo conocer la música checa y Janacek, Smetana pero con Dvorak fue diferente. Conozco estas obras desde niño. Mi padre trajo de un viaje un LP de Radoslav Kvapil con las Imágenes de tono poético y asi me familiaricé con ellas, incluso toqué alguna en un concurso juvenil a los doce. Las rescaté durante la pandemia y me inspiró una frase de Dvorak “Sólo como ciclo se aprecian realmente y espero que asi sea”. Entonces me lancé a grabar esta hora de música, tocarla en recitales y no recuerdo haber sido tan feliz como haber tenido esta oportunidad de presentarla como ciclo. Es música gloriosa que nadie conoce de un gran compositor producto de su mejor periodo creativo. Pensemos que sin ser pianista, Dvorak plasma una paleta cromática magistral, logra texturas, hallazgos técnicos, sorprendente desde todo punto de vista mas allá de que se perciban obvias influencias. No creo que vuelva a toparme con una oportunidad semejante. En cambio, con el Sibelius tuve que escoger porque el material es extraordinario pero desparejo porque fue básicamente un compositor orquestal y eso tiene sus pro y contras cuando acude al piano solo. (ver reseña)

Y también le gusta el tango?

Me encanta, fui apasionado por Piazzolla mucho antes de que se pusiera de moda en el ámbito clásico. Sus grabaciones originales son tesoros. En mi primer visita argentina recuerdo haber visto al gran Horacio Salgán en el Club del vino. Las dos veces que toqué en Buenos Aires tuve experiencias maravillosas, lamentablemente la tercera sufri una feroz intoxicación llegando desde Peru con mi madre y pase una semana en cama, tuve que cancelar todo. Hay algo en el tango que me atrae profundamente. Sabe que hay una rama tanguística under en Finlandia, diferente pero interesante.

Photo credit: Helge HansenLO-Andsnes5618120-©-Helge-Hansen_Sony-Music-Entertainment-1

Sorprende su habitual colaboración con cantantes, entre otros Matthias Goerne, Ian Bostridge, Lise Davidsen; no son muchos los grandes pianistas que lo hacen o se interesan en este renglón

Soy de una pequeña comunidad en una isla y no tuve la posibilidad de tocar con otros, recién a los dieciséis en el conservatorio de Bergen me pusieron a colaborar con una mezzo y la experiencia fue una absoluta revelación. El hecho de apreciar la voz humana me abrió un mundo y no puedo concebir que a un pianista no le interese. Trabajar con cantantes supone una conexión natural con un instrumento “que respira”, es fascinante ver el manejo y el arco de resistencia que se crea, algo que obviamente no sucede con el piano. Es importante como pianista porque ayuda y enseña a hacer cantar al piano, que de otro modo puede a veces resultar mecánico.

No en vano Gerald Moore preguntaba “Estoy tocando demasiado fuerte?” 

Exacto… aunque con la fenomenal Lise Davidsen es imposible! Cuando hacemos Richard Strauss creo que mi piano debería ser doble y ni asi! (rie)

Y de su trabajo con directores?

En mis primeros años he tenido experiencias definitorias con algunos, recuerdo especialmente a Paavo Berglund, sus ensayos eran inolvidables, brindando claridad en cada nota de la partitura, en términos de ritmo y balance. Podría señalar mi colaboración con Antonio Pappano cuando grabamos la integral de conciertos de Rachmaninov. Llegué tarde para trabajar con directores que admiro como Celibidache o Carlos Kleiber pero pronto lo haré con el increíble Herbert Blomstedt a sus 96 años. Es enternecedor lo que sucede con él, siempre ha sido una gran fuente de inspiración para mi y esa alegría que emana de él por compartir su música es una lección para todos.

En lo personal, el festival en Rosendal marcó un punto de inflexión no sólo musical sino como manera de ganar nuevas o diferentes audiencias asi como la interacción entre intérpretes y publico

Es que en Rosendal se constata la enorme satisfacción de ver cuán profundo podemos ahondar en la música. Implica una inmersión total para público y artistas, para todos. Este año, fue para mi particularmente intenso, querría extenderlo a un día mas porque fue demasiado concentrado, o quizás fue por la densidad que implica Brahms. (ver reseña del festival).

Photo credit: Liv Øvland_LIV8420

Algunos tenemos la dicha de vivir en una burbuja de música pero cómo se logra que esta música se convierta en esencial para otros?

No es fácil,  creo que en Rosendal tratamos no sólo de compartir música per se sino abarcar todas sus vertientes. No hay que tener miedo con abordar todo tipo de formatos. Amo el formato tradicional pero a veces, para hallar nuevas audiencias hay que experimentar otros caminos. Tenemos a mano sensacional tecnología y debemos usarla, es fantástico tener grabaciones y filmaciones, pero, la experiencia en vivo sigue siendo la meta. Sentir la vibración de lo que está sucediendo en ese momento todos juntos es una comunión incomparable. El único escollo es conseguir que la gente vaya al teatro, una vez en la sala, la música se encarga de comunicar por si sola y desvanece toda presunción en contra o que esa música no era para ellos.

Para terminar, alguna anécdota?

Tengo tantas,  recuerdodurante mi primera gira con la Orquesta de Stavanger por los países bálticos. El muro de Berlin recién había caído y las condiciones no eran las mejores, tuve que trabajar con pianos en estado, digamos, “desafiante” (rie), por ejemplo, en medio del concierto de Grieg en una pequeña ciudad letona, los pedales cayeron al piso, nunca me había pasado y afortunadamente… nunca me volvio a pasar!.

Al final de su reciente libro At Work, una valiosa recopilación con fotos de Bjorn Sortland y sus pensamientos, asi el pianista resume su trabajo, su credo, en definitiva, su existencia:

“He pasado los cincuenta y todavía me veo como ese muchacho de Karmoy interesado en música y que ha logrado trabajo como músico. Toda mi energía y motivación está destinada a convencer con esa música, la música que amo”.

Rosendal Chamber Music Festival 2022

NOTA: VERSIÓN EDITADA DE LA ENTREVISTA EN ARTBURST MIAMI

 Leif Ove Andsnes, un ‘Emperador’ con la New World Symphony

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