Stéphane Denève al timón de la New World Symphony

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El sabado 8 de abril señaló una fecha importante para la New World Symphony, la Academia Orquestal de América en Miami Beach, asimismo una noche importante en el colmado auditorium del New World Center donde una audiencia expectante recibió a Stéphane Denève en su debut como director artístico de la entidad y sucesor de Michael Tilson Thomas, ahora director honorífico del exitoso emprendimiento que creara hace tres décadas.

No es la primera vez que el nativo de Tourcoing y actual regente de la Orquesta de St. Louis, se enfrenta a la joven orquesta; ya apareció en temporadas pasadas además de su recordada actuación frente a la Orquesta de Filadelfia en el Arsht Center hace dos. Por lo pronto, el concierto del sábado fue tan promisorio como auspicioso, asegurando al director francés su privilegiada posición, una que encierra tremendas responsabilidades y un cambio de dirección que quizá también conlleve la impronta de su personalidad.

Personalidad que pudo apreciarse en la primera composición que eligió para abrir su mandato: Metaboles, la pieza que George Szell comisionó a su compatriota Henri Dutilleux(1916-2013) para el cuadragésimo aniversario de la Orquesta de Cleveland en 1965. El elusivo término justamente significa cambio, variación, modificación. Suerte de caleidoscopio musical, como la distorsionada perspectiva cubista viendo desde diferentes ángulos para llegar a un todo; en cinco movimientos el compositor francés propone un torrente rítmico que se recrea a si mismo y que no obstante permite el lucimiento de cada sección de la orquesta. Después del inicial “Incantatoire”, las cuerdas brillaron en “Linear”, la percusión en “Torpide”, los bronces en “Obsessive” y los vientos en “Flamboyant”. Obra extremadamente difícil, un tanto ingrata, que puso a prueba la excelencia de los jóvenes becarios, desafío del que emergieron victoriosos.

La imponente presencia de Davóne Tines confirmó uno de los grandes bajo-barítonos del momento así como uno de los cantantes preeminentes como versátiles en música contemporánea desde Terence Blanchard a John Adams. Originalmente programado con obras de Bach y Gubaidulina, el cantante en cambio optó por una selección personalísima diseñada en tres segmentos sobre textos de Langston Hughes, James Baldwin y Jessica Care con música de John Adams, Anthony Davis y una colaboración entre Igee Dieudonné y el mismo Tines que tuvo a la orquesta como impactante marco. SERMON, VIGIL y EXEGESES combinaron “Shake the Heavens” del notable oratorio El Niño de Adams y el aria de la prisión de The Life and Times of Malcolm X de Davis, en medio de tal ferocidad temática y musical llegó un supuesto bálsamo con la “Vigilia” precedida por “Esperanza” de Hughes, aún mas doliente y desgarradora, un manifiesto de intensidad tan brutal que sólo la sedosidad y dulzura de la voz de Tines logró atenuar. Un artista que debe regresar, quizás también con aquel Bach que esta vez no pudo ser.

Después de la complejidad e intensidad de la primera parte, el monumental poema sinfónico Una vida de héroe de Richard Strauss llegó como una bocanada de aire fresco, un jubiloso canto a la existencia y su lirismo exhacerbado por la altísima calidad de sus ejecutantes. En este caso el héroe de la composición (de hecho el mismísimo Strauss, retratándose a través de una vida plena de éxitos y no pocos sinsabores) fue la NWS que remontó paso a paso las seis instancias que presenta el compositor. Deneve ofreció una lectura investida con gran espontaneidad y transparencia, con aristas luminosas que hicieron justicia al carácter caballeresco del héroe en cuestión, amores, obra y adversarios incluídos. Impecables los bronces en la llamada a batalla asi como en cada comentario mordaz del genial bávaro, ese Strauss contemporáneo y a la vez tan diferente al sombrío Mahler. A cargo del violín que va hilando la composición para rematarla con uno de los solos mas bellos y característicos del compositor (de hecho, retrata a Pauline de Ahna, su temperamental esposa), la nueva becaria Beatrice Hsieh realizó una labor espléndida.

Un concierto que abrió una nueva era y que mostró la versatilidad en tres estilos contrastantes – el francés y americano contemporáneos y el germánico del romanticismo tardío – del flamante director artístico de la New World Symphony. Bienvenido.

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