Martin Bookspan, ayer y hoy
Para generaciones enteras, la inconfundible voz de Martin Bookspan será por siempre la voz de “Live From Lincoln Center”, la serie que durante tres décadas presentó y comentó en PBS con la destreza de un comentarista deportivo, con memoria asombrosa y un conocimiento enciclopédico. Merecedor de la medalla de honor del National Arts Club, Bookspan nació y creció en Boston, graduándose en Harvard en 1947 con una maestría en literatura germánica. A los 13 entabló una amistad que duraría medio siglo con Leonard Bernstein y a los 18 sorprendió con un memorable reportaje radial a Aaron Copland. El resto es historia, sin contar los mas de mil reportajes que se sucederían en las décadas venideras. Antes de “Lincoln Center”, Martin fue “la voz” de la Boston Symphony Orchestra y luego de la New York Philharmonic. También la NPR y WQXR, que dirigió diez años, contaron con sus servicios. Escribió “101 Masterpieces of Music & Their Composers” y “The New York Times Guide to Recorded Music” y compartió la autoría en las biografías de Zubin Mehta y André Previn.
El 2006 trajo su retiro oficial de la actividad profesional para seguir dividiendo su tiempo entre Lenox (vecino a su amado Tanglewood) New York y Miami. Para la generación más joven de Miami, Martin es el clásico narrador de Pedro y el lobo de Prokofiev, en lo que ya es una tradición establecida por mérito propio.
Vital y entusiasta a los 85 años de edad, es una de las presencias mas conspicuas en la temporada musical del sur de la Florida. Conversar con él, anticipa un inevitable ping-pong de preguntas y respuestas sobre el pasado y presente de la música:
Sr. Bookspan, ¿está escribiendo sus tan esperadas memorias?
Escribí una suerte de historia personal y profesional para mis hijos y nietos, pero… sólo ellos pueden leerla.
¿En que difiere la crítica musical de ayer y hoy?
Desde finales del siglo XIX y hasta los años 70 del siglo XX la crítica musical gozó de amplia y extensa cobertura. Por ejemplo, hasta la década de los ochenta “The New York Times” tenía media docena de críticos. Hoy sólo quedan dos estables y algunos “independientes” sin seguro médico ni derecho a pensión. Y el espacio es apenas una fracción del que disponían antes.
¿Lo mejor y lo peor de la actividad artistica y musical de hoy?
Los museos de arte parecen tener mayor audiencia, de hecho, más que nunca antes. Pero al resto de las artes – cine, teatro, danza y música – se les presta menor atención. Las razones son complejas aunque el principal problema reside en el hecho que, ya por tres generaciones, las escuelas públicas han abandonado las materias artísticas. Una catástrofe reflejada en graduados universitarios que nunca leyeron una pieza de Shakespeare o Arthur Miller, una novela de Dickens o Mark Twain o historia americana y mundial. El ambiente cultural actual es desastroso.
¿Qué echa de menos en el mundo de la música clásica actual?
La casi total ausencia de la enseñanza de música clásica en las escuelas públicas. Cuando crecí en Boston, teníamos clases de música clásica desde primer grado. Cuando pasé a segundo grado, ya tocaba el violín en la orquesta de la escuela. Esa situación debe ser restituída cuando antes. Echo de menos el abrazo de la música clásica por una mayor parte de la humanidad…
Hasta no hace mucho, la música clásica era una parte vital del periodismo. ¿Qué sucedió?
Repito, es el resultado de la falta de educación musical en las escuelas. Quienes dirigen periódicos, radio, televisión, revistas, etc. crecieron en total ignorancia del hecho artístico y esa ignorancia prevalece en sus enfoques de vida.
¿La misión del periodismo musical?
Dos responsabilidades, la primera es informar; la segunda, educar.
¿Qué opina de la transmisión de óperas en los cines?
Es bueno y es malo. Es bueno porque el público interesado puede disfrutar del género por una fracción del precio de un boleto de teatro. Es malo porque, aparentemente, ha hecho poco por despertar el interés del público nuevo en asistir a una representación en vivo.
¿Y de la relación entre el público nuevo, teléfonos celulares y aplauso inoportuno?
En cuanto a los celulares en teatros, la mayoría de las entidades emiten un anuncio para que se los silencie antes de comenzar la función. Quien no obedece a ese pedido es un idiota y si se lo identifica debería ser sacado inmediatamente de la sala. En referencia al aplauso entre movimientos tengo dos posturas. No me agrada pero, debo pensar que quienes lo hacen no están familiarizados con el protocolo de conciertos y pueden estar asistiendo por vez primera a uno. En ese caso, hago la salvedad y les doy la bienvenida; pronto aprenderán a esperar hasta que la obra finalice.
¿Obras sin las que no podría vivir?
Don Giovanni y la Sinfonía concertante K. 364 de Mozart, la Novena Sinfonía y el cuarteto Opus 131 de Beethoven, La trucha y el quinteto para cuerdas de Schubert, La primera sinfonía y el primer trío para piano de Brahms, La consagración de la primavera de Stravinsky, West Side Story de Bernstein y tanto mas…
¿Qué discos se llevaría a una isla?
El quinteto de Schubert con Stern, Casals, etc; la Segunda sinfonía de Sibelius por Koussevitsky y la BSO, el concierto para violín de Beethoven con Heifetz, Munch y la BSO, sesiones de grabación a las que asistí.
¿Composiciones subestimadas?
Todo el repertorio sinfónico americano entre 1930-60: Thompson, Hanson, Harris, Schuman, Piston, Creston, Copland, Diamond.
¿Composiciones sobrevaloradas?
¿Compositores sobrevalorados?
Orff
¿Compositores subestimados?
Martinu, Honegger, Bernstein, Weinberg, Dvorak.
¿Compositores que hubiera querido conocer?
Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Mahler … y sigue la lista. Por otro lado, conocí a los más significativos compositores del siglo XX.
¿Funciones inolvidables?
Koussevitzky dirigiendo la Novena de Beethoven; MTT en la Cuarta de Sibelius con la Boston Symphony en 1970; el London String Quartet en la integral de los cuartetos de Beethoven en Harvard; Levine dirigiendo Wozzeck cuando la revivió en el Met.
¿Directores favoritos de ayer y de hoy?
Entonces (me limito a los que vi en acción): Koussevitzky, Reiner, Walter, Boult, Stokowski, Toscanini, Cantelli, Beecham, Klemperer, Szell, Munch, Bernstein, Mitropoulos. Ahora (bajo la misma premisa): Abbado, Levine, Salonen, Barenboim, MTT, Muti, Dutoit.
¿La importancia de Bernstein?
El más grande educador que conoció el mundo de la música clásica y uno de los más grandes directores de la historia.
¿Su opinión de las listas musicales tan de moda?
Un disparate total. Es un tema completamente subjetivo, algunas pueden despertar cierto fugaz interés pero no deben ser tomadas en serio.
¿El futuro de las artes y de la música clásica?
Habría esperanzas si se reinstituyen como materias, si juegan un papel importante en el sistema educativo. De lo contrario, será funesto.
¿Lo mejor y lo peor de ayer y hoy?
Lo peor de antes: la crueldad humana. Lo peor de hoy: la crueldad humana. Lo mejor de antes: una atmósfera más elevada culturalmente. Lo mejor de hoy: excelentes helados.
¿La música clásica en Miami, ayer y hoy?
Excepto por la – totalmente evitable – disolución de la Florida Philharmonic, Miami es hoy un fascinante polo de atracción para la música clásica☼
Reportaje de Sebastian Spreng publicado en inglés en el Knight Arts blog.