Memorable Jenůfa madrileña en DVD
Desde el primer inquietante acorde, Jenůfa estremece. El xilófono anticipa una obra maestra del género lírico que se confirma con una popularidad que, merecida y afortunadamente, crece cada año. Aquí Janáček ejemplifica el caso “pinta tu aldea y serás universal”. Es su soberbia partitura la que eleva una historia pueblerina de ribetes melodramáticos a auténtica tragedia universal, con un tratamiento musical originalísimo que sofoca tanto como su provincianismo pleno de incómodas aristas.
Cuando – como en este caso – en una puesta todo funciona, la ópera es un espectáculo impagable, es teatro puro con (y gracias a) la música. Mérito de Janáček ofrecer al director un banquete servido del que Stéphane Braunschwig sabe tomar partido, mantener la tensión y emocionar dejándose llevar por el fluir de música y texto.
De una sencillez y belleza visual sobrecogedoras, a su despojada puesta no le falta ni sobra nada. En el primer acto, le bastan las aspas de un molino emergiendo del piso del escenario para evocar una sierra inexorable que muele el paso del tiempo; en el tercero, son los bancos de la iglesia de la aldea y en el segundo (capital) con sólo una cunita despierta escalofríos. Magníficas luces y vestuario completan su estética irreprochable y una teatralidad donde hace gala de coherencia, sobriedad e imaginación de rara elegancia y efectividad, sabiendo sacudir al espectador sin golpes bajos.
A su marcación se suma la experiencia de los cantantes en sus respectivos papeles. Cómoda en el universo del compositor, Amanda Roocroft es una Jenůfa sutil y enternecedora, vocalmente exquisita aunque por momentos su instrumento resulte algo pequeño. Como la Klytämnestra straussiana, la Kostelnička es el gran papel de la ópera y es aquí donde Deborah Polaski se destaca por su inteligencia al no competir con monstruos sagrados que encarnaron el personaje, llámese Astrid Varnay, Anja Silja o Leonie Rysanek. Polaski compone una sacristana más joven, observadora, distante, casi aristocrática y que además, se adapta perfectamente a su estado vocal actual. Ambas se complementan en un duelo interpretativo en el que no caben las exageraciones, donde sólo basta una mirada. Excelentes los dos protagonistas masculinos, tanto Miroslav Dvorsky (Laca) como Nikolai Shukoff (Števa) sin olvidar la abuela por Mette Ejsing, la notable mezzo danesa en una intervención destacadísima.
Más conocido por sus incursiones en el barroco, el director Ivan Bolton, desnuda la partitura mostrando sus transparencias, luces y sombras; en su intensidad no se le escapa matiz y la orquesta sinfónica madrileña sabe corresponderle. Bolton parece arropar a intérpretes y público en una manta rústica y acogedora pero que esconde ortigas entre sus pliegues.
La competencia en DVD es ardua. En primer término, la ya clásica versión Nikolaus Lehnhoff en Glyndebourne – con Alexander y Silja – y luego la de Oliver Tambosi del Liceo barcelonés con Stemme y Marton; no obstante, la del Real emerge como una opción válida que por momentos desbanca a sus ilustres predecesoras. En síntesis, una de las grandes obras del repertorio del siglo XX, en una versión calurosamente recomendada☼
* JENUFA, OPUS ARTE, OA1055D
Sebastian Spreng©