Luisa Fernanda, el show debe continuar

Amparo Navarro y Àngel Òdena - foto Gaston de Cárdenas

Para la primera zarzuela en sus setenta y un años de existencia, la Florida Grand Opera  apostó a  Luisa FernandaY para rubricar la empresa, nada menos que el sello adicional del insigne Plácido Domingo cantando Vidal en la gala inaugural del pasado martes.

Poco importa que la encantadora pieza de Moreno Torroba sea la más popular y taquillera entre sus pares, son tiempos azarosos que sumados al impredecible favor del público del sur de la Florida desalientan tomar cualquier riesgo. Razón de más para aplaudir la apuesta de la FGO (coproducida con la Fundación Saludarte) con esta obra fetiche que le abrió al género las puertas de La Scala, el Teatro Real de Madrid y las óperas de Los Angeles y Washington, sin olvidar el Teatro Colón porteño en 1975 dirigida por su ya octogenario compositor.

Asumido el desafío, la icónica puesta de Emilio Sagi – que aquí hace su última escala después de pasearse por los teatros mencionados – garantizó en gran parte la calidad de la movida. El régisseur asturiano acertó al despojar la obra de localismos. En su ámbito mínimo de blancos absolutos acentuado por telones pasteles,  que en instancias logra evocar al Goya galante de La Pradera de San Isidro, Sagi crea un ruedo neutral donde se juegan las pasiones políticas y amorosas. Iluminada por Eduardo Bravo, es un marco depurado – que despistó a más de un veterano local habituado a la tradicional compañía miamense de zarzuela española y cubana – que refuerza  el valor de la pieza y propicia una mejor apreciación internacional del mal llamado «género chico«.

Pero una sorpresa mayúscula aguardaba entre bambalinas y no fueron los sobrados méritos de la puesta sino la súbita cancelación de Domingo, en más de un renglón raison d’être de la noche más esperada de la temporada lírica. En su defecto, el tenor aquejado por una inoportuna infección en las cuerdas vocales, se ofreció a intervenir en función de director de orquesta a fin de paliar el baldazo de agua fría sufrido por público, elenco y compañía. El madrileño Pablo Mielgo cedió el podio a su veterano coterráneo y la respuesta de cantantes, orquesta y coro (que bajo la tutela de John Keene demostró ejemplar dicción castellana) probó adaptarse al inesperado cambio de timón con admirable solvencia. Saliendo poco menos que al toro, el ensemble se hizo merecedor de un rotundo: “Chapeau”.

Y a falta de Domingo en escena, Àngel Òdena – a cargo del papel en las funciones restantes – encarnó un Vidal de magnética prestancia escénica e importante caudal vocal. El barítono catalán es una estrella “in-the-making” que supo meterse al público en el bolsillo. Lo acompañó Amparo Navarro, una Luisa bien fogueada que alcanzó su mejor momento en el “Cállate corazón” con sutil línea de canto y atractivo esmalte oscuro. Navarro convenció en la ambivalencia del personaje y fue incisiva antagonista de la espléndida Duquesa Carolina de Davinia Rodríguez, soprano canaria que dio lustre e intención a la dama monárquica. La romanza “De este apacible rincón de Madrid” (a la postre, ua suerte de himno no-oficial de la ciudad) tuvo en Antonio Gandía un ardiente Javier que fue afianzándose hasta el exquisito dúo con Luisa “Subir subir y luego caer”. El resto del elenco tuvo ajustadísimo desempeño, desde la Mariana de Raquel Pierotti y la Rosita de Rebekah Díaz al  Aníbal de Rafa Castejón y el Bizco Porras de David Rubiera y a las breves intervenciones de los jóvenes Marian Lobaina, David Shirley y Martin Nusspaumer.

Mas allá del desafortunado percance del ídolo, la FGO supo salir airosa del difícil compromiso e incluso marcó un  hito que podría abrir nuevos horizontes y dar otro paso hacia la mayor integración de la numerosa audiencia hispana. Cuando otras vertientes del repertorio ligero han logrado insertarse en las temporadas de grandes casas líricas, hoy la zarzuela parece haber ganado otra plaza. Si sólo basta la calidad del producto, esta Luisa Fernanda fue un ejemplo cabal☼

Boletos:  www.fgo.org  o  305-854-164  y 1-800-741-1010

* Artículo publicado en el diario Ámbito Financiero de Buenos Aires el 17 de noviembre de 2011 con el título «Aunque Plácido Domingo enmudezca, la zarzuela debe seguir» y editado para  los lectores de Miami ☼ Clásica