Dietrich Fischer-Dieskau, adiós Atlas

Dietrich Fischer-Dieskau (1925-2012)
Como no podía ser de otro modo, acorde a su inveterado estilo, nuestro poeta-cantante se fue en mayo. Como “En el maravilloso mes de mayo” de Dichterliebe (“Amor de poeta”) con la que aquel barítono de, entonces para mí, nombre impronunciable me abrió la puerta a un universo impensado, que estaba tan a mano y sin embargo, parecía hermético y no demasiado atractivo. Un universo de una simplicidad y magnificencia tan acogedora como deslumbrante, el del Lied y sus vertientes de la mano de una «voz de oboe» como alguien la definió.
Fue gracias a esa voz balsámica, cuya belleza inaudita unida a una pronunciación perfecta que limaba toda aspereza del alemán sumado a un enfoque nuevo que Dietrich Fischer Dieskau – «el mas significativo cantante de posguerra y quizás del siglo» según Bernstein – abrió una senda a generaciones enteras como portador entusiasta de la antorcha del Lied, sin dejar que esa llama se extinguiera después del horror de la Segunda Guerra Mundial.
Fue Fischer-Dieskau («DFD») el hacedor del puente vital e impostergable entre la vieja y la nueva guardia, el que rescató la belleza esencial de un mundo que había colapsado ante sus ojos. Ese apuesto berlinés que debutó en plena guerra con El viaje de invierno, el ciclo esencial de Schubert que grabaría una docena de veces, cuyo hermano minusválido fue víctima de la purga racial de los nazis, que fue reclutado por la Wehrmacht, estacionado en el frente ruso y que fue dos años prisionero de guerra, se convirtió en el emblema musical del renacer de Alemania.
Fue el nexo entre sus idolatrados Hans Hotter y Wilhelm Furtwängler (su último libro narra sus encuentros, «Júpiter y yo») y sus queridos Sviatoslav Richter y Leonard Bernstein; su influencia llega hasta hoy en la impronta dejada en, y sólo en su cuerda, Thomas Hampson, Christian Gerhaher, Bryn Terfel, Thomas Quasthoff, Matthias Görne, Dietrich Henschel, Andreas Schmidt y tantos mas.
Gracias a su apostolado del canto, Goethe, Rückert, Heine, Schiller volvieron a brillar en la música de Schubert, Schumann, Beethoven, Wolf, Brahms, Loewe, Mahler, Strauss, Mendelssohn, Hindemith… No le quedó rincón por explorar, fue el artista mas grabado de la historia de la discografía, sólo su integral de las seiscientas Lieder de Schubert con Gerald Moore, da idea de un vastísimo legado que incluye todos los géneros y estilos.
Sus conquistas son tantas y conocidas que hoy no vale la pena enumerarlas, así como tampoco la lista apabullante de colegas y colaboradores Su conocimiento enciclopédico, su intelecto monolítico, su inteligencia legendaria, su pacifismo a ultranza – “Fui soldado y fue lo peor de todo” – se hizo carne en aquel célebre Réquiem de Guerra de su amigo Benjamin Britten que unió a vencedores y vencidos en Coventry con el más doliente y reconfortante de los nunca más.
Queda el agradecimiento de todos, aficionados, melómanos y colegas como el barítono Thomas Hampson a quien escucharlo «le cambió la vida»; como a tantos, como a mí. Y agradecerle su inmenso, inspirador Liederkreis. Me queda el recuerdo imborrable de un recital Goethe-Schubert en un Berlín todavía dividido por el muro, repleto de una audiencia joven que en silencio sepulcral absorbía con devoción cada inflexión y color de la todavía magnífica voz del maestro a los sesenta y tres años.
Desde Papageno y Don Giovanni pasando por Wolfram, Telramund, Gunther, Mandryka, Barak y aquellos Rigoletto, Scarpia, Iago y Macbeth (para sus detractores su tendón de Aquiles por poco “italianos”) a los estremecedores Wozzeck, Matías El Pintor, Lear, Doktor Faust y aquel solitario universal de la despedida en Das Lied von der Erde (La canción de la tierra) cuyo “Ewig…Ewig…” se hace hoy tan emblemático como su otro Mahler referencial: Ich bin der Welt abhanden gekommen, igual que el eco del Ich habe genug de Bach, del “Entrégale estas canciones» de A la amada lejana beethoveniana o del “Organillero” del Winterreise preguntándole a ese viejo misterioso (Dios?) «Si me voy contigo, acompañarás mi canto?».
Medio siglo como cantante infatigable y además director, narrador, actor, pedagogo, escritor, teórico, pintor, ensayista, en definitiva, maestro. Titán y héroe ineludible y modélico del siglo XX, Dietrich Fischer Dieskau murió a diez días de su cumplir los 87 acompañado por su cuarta esposa, la eximia soprano Julia Várady, en su casa de Starnberg (Baviera), el mismo día que un siglo y un año fallecía su venerado Gustav Mahler. Lo sobreviven sus tres hijos Martín, Mathias y Manuel de su primer matrimonio con la cellista Irmgard Poppen, fallecida en 1963 durante el parto del último.
Un auténtico “Mensch”, pacífico ave fénix responsable por construir un mundo mejor, entregó, regaló y legó belleza; un patriarca que con su cara de gato sabio, socarrón y querible, acuñó máximas como “Un cantante sólo tiene dos posiciones: acostado durmiendo o de pie cantando”.
Y no es una falta de respeto sino el mayor de los cumplidos afirmar que si Frank Sinatra fue “la voz” de la canción popular, Fischer Dieskau lo fue y lo será de la canción “erudita”. Y que como Carlos Gardel, cantará cada día mejor☼
(*)una versión condensada fue publicada en El Nuevo Herald-Miami Herald el 27 de mayo de 2012.
DFD Referencias esenciales en CD
- Bach – Cantatas – Karl Richter, d.
- Berg – Wozzeck – Karl Böhm, d.
- Brahms & Beethoven Lieder – Jorg Demus, p.
- Brahms – Deutsche Volkslieder – Schwarzkopf, Moore
- Brahms – Die schöne Magelone – S. Richter
- Britten – War Requiem – Benjamin Britten, d.
- Mahler – Lieder – Karl Böhm/Rafael Kubelik, d.
- Mahler – Das Lied von der Erde – Leonard Bernstein, d.
- Mahler – Des Knaben Wunderhorn – Schwarzkopf, Szell,d.
- Mendelssohn & Loewe – Lieder – Moore, Sawallisch, p.
- Schumann – Liederkreis, Dichterliebe, etc – Christoph Eschenbach, p.
- Schubert –Winterreise, Die schöne Müllerin, Schwanengesang– Moore
- Schubert – Goethe Lieder – Jorg Demus, p.
- Strauss, R. – Lieder – Wolfgang Sawallisch, p.
- Verdi – Rigoletto – Rafael Kubelik, d.
- Wolf – Mörike Lieder – Sviatoslav Richter, p.
- Wolf – Italianisches & Spanisches Liederbuch – Gerald Moore, p.
- Lieder (Berlioz, Cornelius, Krenek, Reger, Dessau, etc) – A. Reinmann, p.
- An die Musik (de Mozart a Wagner, etc) – Miscelánea