Martina Arroyo, la ilustre rival

De Mozart y Handel a Barber y Strauss con una parada fundamental en Verdi y colegas, la ilustre Martina Arroyo es una de esas cantantes que no se recuerdan tanto como se debería. En el Metropolitan Opera eternamente eclipsada por su inevitable rival Leontyne Price“No querido, soy la otra” respondía cada vez que la confundían con ironía sin igual – poseyó una voz de lustre y color inconfundible. Un instrumento caudaloso, tierno, generoso; una verdadera columna sonora que en el Teatro Colón de Buenos Aires definieron inmejorablemente como “una voz de dulce de leche”.

Como bien apunta el crítico Thomas Voigt en el texto adjunto, este CD originado en los archivos del Festival de Schwetzingen 1968 – en su absoluto cenit vocal – es el único que la muestra en su capacidad de Liederista. Y si en este aspecto podría cambiarse la palabra “Bach” por “Lied” cuando ella expresó “No es mi ambición pasar a la historia como paradigma de la interpretación bachiana pero quiero saber cómo cantarlo bien”, se trata de un testimonio irrefutable de su versatilidad y completísima formación.

En Rossini, Schubert, Brahms, la canciones gitanas de Dvorák (en alemán) y un grupo final de Spirituals la gran intérprete verdiana da cátedra acompañada por Leonard Hokanson al piano. Es previsible y sucede, los spirituals se llevan el broche de oro ya que pocas han logrado combinar con tal maestría la devoción e inocencia requeridas con el poderío vocal del cantante lírico; para muestra basta su soberbia lectura del breve “Li’l David play on your harp”.

Una voz donde prevalece la belleza sonora y la sinceridad del canto; un documento para aquellos que no la olvidan y para quienes quieran – y deban – conocer a “La otra” gran Aída, Amelia y  Leonora de su generación.

* ARROYO, LIEDERABEND 1968, HÄNSSLER CLASSICS CD 93.719