Incomparable Irina Arkhipova
Un recital para atesorar reverdece los laureles de Irina Arkhipova (1925-2010), posiblemente la máxima mezzosoprano soviética de posguerra. Dueña de una voz de imponente acero que la hizo indispensable en papeles rusos como Laura, Lyubov, Marfa, Marina, Polina, Lyubasha y la Juana de Arco de Tchaicovsky – su Adieux forets no tiene rivales – asi como también (aunque menos sutiles e idiomáticas) Carmen, Santuzza, Eboli, Ulrica, Amneris y Azucena, este registro la muestra como espléndida recitalista.
A fin de crear la atmósfera íntima requerida, Arkhipova reduce su voz al ámbito camarístico con pasmosa naturalidad, matices y pianos están a la orden del día. Más allá de la voz per se, lo que subyuga es el abandono y facilidad de canto y expresión que deja atrás a notables sucesoras como Elena Obraztsova y Olga Borodina. Capaz de una rara fineza entre sus colegas eslavas, Arkhipova aclara el timbre amén de exhibir una musicalidad y sentido de la proporción ejemplares sin tampoco recurrir al efectismo vocal típico de otras compatriotas.
En plenitud vocal, el compacto reune dos LP que la mezzo grabara en 1970 y 1978 en el antiguo sello soviético Melodiya que con su típico sonido amplio y reverberante proyecta aún más vívido su instrumento. En las doce canciones de Tchaicovsky que conforman los Opus 65 y 73 acompañada por Igor Guselnikov exhibe la sencillez y encanto necesarios, la serenata con que abre el recital anticipa las delicias por venir. Sin embargo, es con Rachmaninoff y Mussorsky – con excelente acompañamiento de John Wustman – donde alcanza versiones sencillamente perfectas. La emoción y lirismo vertidos impecablemente en En el silencio de la noche, Lilas, El sueño rivalizan con los estremecedores Cantos y Danzas de Muerte de Mussorsky, sin truculencias ni histrionismo indeseado, la desolación emana naturalmente sólo de la voz.
Una clase magistral que en su edición original ganó el Orfeo de Oro de la Academia Francesa. Esencial para los amantes del repertorio ruso, de cámara y para todo aquel que quiera conocer de uno de los prodigios vocales de su época.
* THE ART OF IRINA ARKHIPOVA – MEL CD 102123