Thomas Hampson celebra al Strauss íntimo

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En poco menos de un mes, el 11 de junio se cumplen 150 años del natalicio de Richard Strauss y las celebraciones ya están a la orden del día. Adelantándose a la imparable avalancha de voces femeninas que con justa razón alabarán a uno de sus máximos cultores llega un espléndido cd protagonizado por Thomas Hampson. Con el bávaro Strauss, un recital de Lieder por voz masculina no es habitual y hay que felicitar a Hampson porque siempre tiene algo que decir y lo dice como ninguno y además, dejando muy clara la intención del lenguaje liederístico straussiano, tan diferente al de Schubert, Brahms, Wolf o Mahler.

Las últimas contribuciones discográficas del barítono americano en este terreno si no han sido muchas han sido importantes, percibiéndose como acariciados proyectos personales. Basta recordar la excepcional versión de Des Knaben Wunderhorn de Mahler con los virtuosos de Viena y a la que se suma este Strauss captado en un momento justo, podría decirse casi “otoñal” como el tinte que impregna todas las canciones del programa.

Son contados los registros discográficos en este rubro; el gran Hans Hotter – su hija Gabrielle se casó con el nieto del compositor – grabó uno en 1967, y es inevitable no mencionar la edición con mas de 100 Lieder por Dietrich Fischer-Dieskau con Gerald Moore así como el reciente con Christopher Maltman en la edición Hyperion y el orquestal con Andreas Schmidt en 1992.

Con el invalorable acompañamiento de Wolfgang Rieger, el barítono americano canta sus Strauss favoritos, impecable en la elección los ordena cronológicamente para dar una visión panorámica de la maduración del compositor yendo desde el temprano Zueignung hasta el Opus 87 publicado póstumamente. Acostumbrados a escucharlos por una soprano, Zueignung o Die Nacht en magníficas lecturas adquieren otra dimensión, podría tratarse del mismo joven Strauss enamorado de Pauline a quien dedicó la canción incluída en la colección Lezte Blätter.

Sin barnices ni empalagues, Hampson no sólo aplica una vasta paleta expresiva a clásicos como Ruhe meine Seele, Traum durch die Dämmerung y Heimliche Aufforderung sino que entrega un Morgen con el sentimiento exacto, ejemplar al igual que en la luminosa lectura de Die heiligen drei Könige aus Morgenland. Plasma Das Rosenband con la nostalgia debida, se atreve y triunfa con Befreit, territorio de sopranos y del legato impecable que exhibe sin pudor. Aunque se podría echar de menos su enfoque de Allerseelen o Breit über mein Haupt, los compensa con Im Sonnenschein y Freundliche Vision.

Pero el núcleo y merecido título del recital es Notturno, esa joya poco frecuentada, esa extensa canción de cuarto de hora sobre el poema de Richard Dehmel que en su versión con piano y violín trasciende tiempo y espacio hasta acercarse al mundo inasible y pavoroso de la Noche transfigurada de Schöenberg, coincidentemente también de Dehmel. Es un universo enrarecido y hermético con algún guiño de Ariadne y el final Capriccio. Mas conocida – aunque nunca como se debiera – en su versión orquestal, integra el Opus 44 cuyas dos canciones para “voz profunda” (Strauss no especifica si bajo o barítono) fueron estrenadas por Baptist Hoffmann pese a que Notturno está dedicado al holandés Anton van Rooy, el primer Amfortas metropolitano en 1903.

El violín tierno cuando no lacerante del eximio Daniel Hope acompaña al barítono a través de esta noche elegíaca donde la realidad se funde con la alucinación. El cantante vierte esta extraña travesía conjungando magistralmente su larga experiencia en Mahler, Strauss y por qué no Barber; cada palabra muestra una intención, cada frase un color, es también una despedida al fin-de-siècle, una revelación y racconto del pasado, presente y futuro. Es el mismo mundo sutil de las Cuatro últimas canciones, del espejo en el que se mira La Mariscala de Rosenkavalier esta vez en la voz de un hombre, la del compositor, la de un Hampson que resume décadas de experiencia con este regalo de corte casi íntimo.

En un año que está brindando excepcionales CDs en el renglón Lieder, Hampson da un inmejorable puntapié inicial a los festejos straussianos y además, como no podía ser de otra manera, redondea la entrega con un valioso texto sobre Strauss y su compleja relación con la composición de canciones.

* RICHARD STRAUSS, NOTTURNO, THOMAS HAMPSON, DG 479 2943

Richard Strauss en su estudio de Garmisch-Partenkirchen

Richard Strauss en su estudio de Garmisch-Partenkirchen