Juego de creadores: Adès ilumina a Janacek

 

Difícil resistirse a un obvio senderos que se encuentran en la niebla, pero así es. Es una reunión entre colegas, en este caso devocional pero con la debida, (y agradecida) reciedumbre. Compositor interpretando a otro resulta siempre una ecuación fascinante, controvertida, reconfortante, insólita por la capacidad del creador en desgranar y penetrar capas que al simple intérprete podrían estarle vedadas. Asi lo hicieron las cuatro B del siglo XX – Britten, Bernstein, Boulez, Berio – y en el presente es tarea de Thomas Adès, el inclasificable británico que no sólo sorprende con su obra –  La tempestad y El ángel exterminador – sino con sus incursiones en las entrañas de Schubert, Busoni, Sibelius, Purcell y en esta oportunidad su dilecto Leoš Janacek (1854-1928) del que ya grabara El diario de un desaparecido donde acompañó al tenor Ian Bostridge.

Según Adés “En Janáček la música es orgánica, no hay nada externo, no hay que esperar porque las cosas sucedan, a diferencia de Wagner que nos hace esperar, la respuesta es inmediata”. Como no podia ser de otro modo, deja su impronta única en este compacto que abarca la integral obra para piano solo – mejor dicho, la que ha sobrevivido – del genial compositor checo, en su mayoría miniaturas de caracter abstracto cuando no humorístico o trágico. En ese curioso andar del discurso musical de Janacek, Ades se halla a sus anchas, su enfoque es moderno y ciudadano, significativamente alejado de las raíces folklóricas y mas cercano al hombre de hoy; así como en las antípodas de otras versiones como las de Andras Schiff, Firkusny, Bartos o Planes. Este encuentro es austero, feroz, sutil y brutal, es un compositor enfrentando a otro, sin vueltas ni excursiones cromáticas o artificios de ningún tipo. Polémico pero cautivante.



En la sonoridad avasalladora, schumaniana en ímpetu y lirismo, Ades conquista un lugar diferente para plasmar al mas diferente y personal de los compositores del período previo a la gran guerra, tanto mas conocido por óperas como Jenufa, Katia Kabanova y El caso Makropoulos. De hecho, las obras comprenden 1900 a 1914– En el sendero cubierto, Desde la calle y En la neblina – y la atmósfera enrarecida con presagios funestos sobrevuela en todas, tanto en las notas viscerales como en los ominosos silencios. La Sonata para Piano 1.X.1905 (o Desde la calle) en homenaje al joven carpintero František Pavlík (1885–1905) brutalmente asesinado en las protestas de Brno consta de sólo dos movimientos: Presentimiento y Muerte. Adès aborda el primero con intensidad huracanada invistiendo al segundo con la requerida abismal nota de desolación y la incertidumbre de lo inconcluso ya que un tercero – Marcha fúnebre – fue quemado por Janacek. Dicho sea de paso, al original de los dos restantes lo arrojó a las aguas del Moldava y recién en 1924 apareció una copia en posesión de la pianista Ludmila Tučková que la rescató  para la posteridad.

Antes y después de la sonata se hallan el sendero, primero, y la niebla, última. Piezas que con cada nueva audición emergen mas modernas, mas elegantes, aún mas desconocidas que la primera vez. Quizás tácitas aliadas de Kafka o Borges, se transforman, se desvanecen en sus trazos rápidos y rotundos, enfatizados o acariciados por Adés, formando una bandada de notas que parecen cambiar de forma incesantemente como un cardumen en aguas profundas.

En su definición de En la niebla, Adés consta en el texto adjunto “Su grandeza reside en su misma claustrofobia y austeridad de medios afectando cada aspecto de la música. El piano solo se transforma en un estrecho espacio con cuatro paredes”. Es el sentimiento prevalente en esta edición fascinante que si bien no reemplaza el clásico de Rudolf Firkusny (que estudió con el mismísimo Janacek) se ubica a la par gracias al toque especial que brinda la mirada de un compositor hacia otro. Piezas elusivas, que tanto resbalan como impactan por su espontaneidad y ternura, tan mínimas como sustanciosas, Nuestras tardes, La virgen de Frydek, Conversaban como golondrinas, Fallan las palabras, Buenas noches, Angustia inenarrable y En lágrimas dan en su título apenas un indicio de lo que depara Janacek de la mano de Adés: pura música.

*Janacek, Ades, Signum Classics SIGCD600