Un vibrante Tannhäuser berlinés

tannhauser

La inminente visita de Marek Janowski a la New World Symphony – 4 y 5 de mayo – coincide con esta reseña de la flamante edición de Tannhäuser grabada hace exactamente un año en el hall de la Filarmónica berlinesa con la Orquesta Sinfónica de Radio Berlin (RSB) de la que el director polaco-alemán es titular desde el 2002.

Responsable por la primera grabación completa digital de El anillo del nibelungo a principios de los ochenta con la Staatskapelle Dresden, desde hace tres años Janowski está abocado al ambicioso proyecto de registrar en concierto la obra wagneriana para el sello Pentatone. Tannhäuser es la sexta entrega y es, quizás, la mas sólida.

Obra problemática desde todo ángulo – el mismo Wagner dijo al final de su vida «se la debo al mundo» – reunir un elenco homogéneo también implica un desafío mayor. Si la tendencia general es combinar escenas de Dresde y París, más la última revisión para Viena en 1875;  Janowski opta por la versión de Dresde (1845), más breve y menos suntuosa para los acostumbrados al deslumbre que representó la edición de la versión de Paris (1861) con Solti en 1970. El excelente registro del 2001 por la Staatskapelle Berlin con Barenboim que inmediatamente precede al de Janowski es su mas directa y fiera comparación.

En sutileza y articulación podría pensarse que Janowski lidera un Tannhäuser que mira mas hacia Weber que al Wagner que vendrá; la orquesta entiende mejor que nadie su apelación al temprano espíritu romántico con irreprochable calidad y dosis de medida pasión que jamás llega «al orgasmo cada tres compases» como definía Wieland Wagner los habituales desbordes para con la obra de su abuelo.

Dentro de estos parámetros, Janowski comanda un fraseo y transparencia notables en su orquesta, una que se ubica cómoda junto a sus hermanas mayores berlinesas, lo que no es decir poco. La grabación en vivo es excepcional, espaciosa y vívida, sólo las fanfarrias del fin del primer acto suenan demasiado lejanas. Más beneficiado aún por la toma sonora es el inmaculado – expresivamente algo parco – coro de Radio Berlín; otro de pilar de la edición, de una claridad y poderío que impresionan hasta finalmente dejar una emoción indeleble en el coro de los peregrinos.

Literalmente “incantable”, hasta los máximos tenores wagnerianos huyen o evitan el desagradecido personaje de Tannhäuser. Sin acercarse al ideal,  Robert Dean Smith entrega un trabajo admirable, compensando limitaciones con inteligencia para salir airoso del supremo test de la Narración de Roma y así ubicarse junto a sus pares sobresalientes en disco, superando no sólo a Klaus König, su «rival» en la grabación de Haitink, sino a otros ilustres contricantes.

Su contraparte masculina se lleva las palmas. Como Wolfram – encarnación del poeta y del liederista – es hoy difícil igualar a un Christian Gerhaher que evoca al mejor Fischer-Dieskau en el papel que lo consagró en Bayreuth 1954, en virtudes y también particularidades que podrían objetarse. Exquisito y detallado, balsámico y visionario su Wolfram va creciendo a medida que avanza el registro. En el tercer acto es simplemente antológico.

Pese a haberse desaprovechado la oportunidad de tener a Nina Stemme como Elisabeth y Venus (su voz posee la textura ideal para ambas, más que su compatriota Nilsson que lo grabó en 1968), su incandescente Elisabeth la reconfirma como la soprano wagneriana de esta generación: vibrante, idiomática, una voz rica y oscura lejos de la castidad de porcelana encarnada por la incomparable Elisabeth Grümmer, de una expresividad intensa otorga al personaje una pasión y majestad más cercana a Isolda que a Elsa o Eva. Algún excesivo vibrato, aspereza o ataque destemplado no opacan la redondez de su interpretación superlativa.

Impetuosa, frontal, menos sensual y compleja que recordadas Venus (Bumbry, Ludwig o Meier en su primera grabación con Haitink),  la rusa Marina Prudenskaya cumple con la parte; de hecho, menos demandante en la versión de 1845. Eficaz y noble el Landgrave de Albert Dohmen así como los cuatro camaradas y rivales del héroe al igual que Bianca Reim como el pastor.

Digna adición al año Wagner, la lujosa presentación suma puntos a este Tannhäuser que  – especialmente por Stemme, Gerhaher, orquesta, coro y director – merece un destacado lugar en la discografía de la obra

☀ WAGNER, TANNHÄUSER, PENTATONE PTC 5186 405, 3 CD