Wagner en Frankfurt y un Anillo casi «redondo»

Oehms

El sueño de escenificar El Anillo del Nibelungo propio más que sueño es casi una obligación para toda casa de ópera alemana que se precie de tal; más que sueño una realidad que muestre sus virtudes y capacidades frente a sus rivales. Bayreuth excluido, desde siempre Berlin, Munich, Hamburgo, Stuttgart, Dresden y otras menos relevantes – caso Weimar o Dessau – compiten por destacarse con la magna tetralogía wagneriana. Le llega el turno a la Opera de Frankfurt responsable por esta flamante versión en DVD con resultados muy alentadores, incluso inesperados.

Alejado del enervante, cuando no agotador, régietheater – en ocasiones puro eurotrash – se está frente a un enfoque que por tradicional resulta novedoso; tradicional porque sigue la línea emblemática del “Nuevo Bayreuth” de Wieland Wagner probando que aún se pueden aportar ideas, que se trata de una progresión del enfoque del genial nieto del compositor a cargo de la provocativa joven búlgara Vera Nemirova, en un trabajo diferente a los que suele presentar, mas recatado y medido.

Gracias a su elegancia, economía de medios e impactante resultado artístico, este despojado retorno a las fuentes con sus connotaciones al teatro griego trae una brisa de aire fresco a la baqueteada tetralogía. Nemirova se apoya en la escenografía de Jens Filian que regresa a la planta circular única de Wieland Wagner, esta vez metamorfoseada en cuatro anillos concéntricos (uno para cada elemento) como los de Saturno (Cronos); planos que se adaptan, mueven, giran, transforman, hunden o elevan según la necesidad.

En vez del “túnel de tiempo” con que Götz Friedrich en el Berlin de los ochenta invertía la propuesta de Wieland, Nemirova la reelabora con mesura y simplicidad, con la severidad y magia de las fabulaciones de la infancia, obteniendo sus mejores dividendos en la teatralidad de las dos primeras. Sólo el vestuario de Ingeborg Bernerth (con Valquirias originales de 1876 a la Gutrune en jogging pants) testimonia el paso del tiempo; Nemirova se da el lujo de aportar toques certeros no exentos de humor (las hijas del Rhin, «Marilyns en bote de goma» o el pájaro del bosque como exótico bailarín africano) ni originalidad: en el final de Rheingold, la sala se ilumina y los dioses salen a la platea ubicándose a beber en un palco, sólo Loge queda en el escenario. Los dioses están con el público. El teatro es el Walhalla. Están todos condenados.

Desde las hijas del Rhin al mafioso Hagen, el elenco ostenta buen nivel, algunas sorpresas y otras desilusiones. La mejor sorpresa es el Wotan del noruego Terje Stensvold, a sus 70 jóvenes años aún en plena posesión de sus medios. Quizás el Wotan mas veterano en actividad,  con su look Jason RobardsDietrich Fischer Dieskau, el bajo-barítono formó parte del ensemble de la Opera de Oslo por un cuarto de siglo y su carrera internacional es relativamente nueva. Es una pena que no haya sido aprovechado antes porque a su encarnación ejemplar suma un timbre baritonal de gran belleza y solidez. En la lista de los mejores inmediatamente le sigue la espléndida Fricka de Martina Dike, el excepcional Loge de Kurt Streit y la Sieglinde de Amber Wagner de una belleza tímbrica arrolladora en excelente pendant con el temible Hunding del bajo letón Ain Anger.

También merecen mencionarse el Alberich de Jochen Schmeckenbecher, el joven Mime de Peter Marsh, la Waltraute de Claudia Mahnke y la Erda de Meredith Arwady. Un punto por debajo el Siegmund de Frank van Aken y el Siegfried, rol ingrato como ninguno, de Lance Ryan, ambos aquejados de excesivo vibrato problema que también desluce el trabajo de Susan Bullock como Brünnhilde, de una entrega y convicción incuestionables. A partir del segundo acto de Götterdämmerung, debe decirse que la soprano británica se agiganta vocal e interpretativamente finalizando con una emocionante Inmolación.

 Al frente de la excelente orquesta de la ópera y museo de Frankfurt, Sebastian Weigle se afirma como uno de los wagnerianos del momento con un ensemble que va mejorando notablemente a medida que avanza el ciclo.

El «Frankfurter Ring» de Nemirova no impactará como el visionario «Copenhagen Ring» de Kasper Holten pero en todo sentido es más «redondo» que otros. Sin excesos ni espectacularidades, este Anillo simple, atemporal y bello, que rehalza la música de Wagner tiene hoy doble validez, incluso porque sin pretensiones puede en más de un aspecto aventajar a los de sus «hermanas mayores». Recomendado.

* DER FRANKFURTER RING, WEIGLE, OEHMS OC 999 (8 DVDS)