Juego de damas en vida y escena

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En la avalancha de aniversarios musicales que suscitan homenajes, grabaciones y reediciones de todo tipo, le llega el turno a Richard Strauss de quien se cumplen 150 años de su nacimiento este 2014. Y qué mejor pretexto que hacer un repaso y homenaje a su debilidad por el sexo opuesto testimoniada por una constelación de damas presididas por la Mariscala, Salome, Elektra, Daphne, Ariadna, Arabella, Madeleine y la dupla Emperatriz-Tintorera de Die Frau ohne Schatten.

A propósito de la celebración, el cineasta Thomas von Steinaecker aborda un tema apasionante, el de Richard Strauss y sus heroínas, para lograr un documental de buena factura que promete mas de lo que ofrece limitándose a servir de introducción al mundo straussiano y su época. El eje del film de este muniqués que supo navegar con estilo e innegable astucia por el final del Imperio Alemán, el nazismo, las dos guerras y sucesivas posguerras, es la relación de mas de medio siglo con Pauline de Ahna, novia, esposa, musa, guardiana y celosa protectora. Pauline, soprano-devenida-ama-de-casa era un “sargento de caballería”, y ante sus famosas pataletas Richard aparentemente caía rendido. Cuenta Lotte Lehmann – no aquí sino en un imperdible reportaje radial de los años 50 – que pasando unos dias en la residencia de la pareja previo al estreno de La mujer sin sombra, las peleas entre ambos la aterrorizaban, cual sería su sorpresa ante un Strauss emergiendo triunfal y feliz de la habitación – y indemne de la contienda – diciéndole “No lo vas a creer Lottie, pero esos gritos, esa peleas y esos berrinches son para mi el paraíso!”.

Esta faceta, como tantas otras, queda poco explorada como también la de divas que lo inspiraron y viceversa, máxime si se tienen en cuenta las celebridades que engalanan el documental y que (al menos en las tomas seleccionadas) se las ingenian para no decir nada – o muy poco – provechoso; por otra parte, la inclusión de Rufus Wainwright resulta tan traída de los pelos como banal. Así se desaprovecha la presencia de notables como Christa Ludwig, Brigitte Fassbänder, Renee Fleming o Gwyneth Jones que pudieron haber aportado tanto más. Por suerte, el nieto del compositor abre para las cámaras de filmación la villa de Garmisch-Partenkirchen en los Alpes bávaros aportando anécdotas y datos mas interesantes al igual que extractos de filmaciones históricas.

Además de las infaltables Cuatro últimas canciones, escenas de Elektra, Salome, El caballero de la rosa, La mujer sin sombra y Danae son comentadas por las divas entrevistadas aunque no aparecen en ninguno de los fragmentos; se optó por usar versiones filmadas mas modernas con Angela Denoke, Irene Theorin, Manuela Uhl, Angelika Kirschschlager y Adrianne Pieczonka. Asimismo, se echan de menos menciones y documentos sobre otras heroínas dignas de figurar como Ariadne en Naxos, Arabella, La mujer silenciosa, Daphne, La Elena Egipcia y la condesa Madeleine de Capriccio sin olvidar la tempestuosa Christine de Intermezzo moldeada en el genio y figura de la propia Pauline y que, dicho sea de paso, encarnó Lotte Lehmann en el estreno mundial de 1924.

Exquisito envoltorio que no indaga en la inaudita percepción que Strauss tuvo del universo femenino, más allá de ser una obvia oportunidad desaprovechada, Richard Strauss y sus heroínas no deja de resultar una amena introducción al compositor.

Como extra valioso, desde el Urania Palast de Berlin, fascina ver a Wilhelm Furtwängler dirigiendo Las travesuras de Till Eulenspiegel en 1951, demás está decir que “se roba” el DVD.

* RICHARD STRAUSS AND HIS HEROINES-DVD ARTHAUS MUSIK-102 181