La bella Isabel
Si bien podría ser el título de un film europeo, La bella Isabel se refiere a Isabel Leonard, una bella que como su apellido sugiere es una joven “Leona” del mundo lírico. A los treinta y dos años, la bella en cuestión es tan elusiva como inclasificable y ese aura de misterio parece acompañarla dondequiera que vaya.
Haciendo honor a estos atributos, la cantante debutará el próximo domingo en Miami como broche de oro a los treinta y tres años de buena música de los tradicionales Sunday Afternoons of Music que liderados por Doreen Marx se despide con este debut de campanillas. Será una tarde especial, cuando la siempre juvenil Doreen presente a la recién llegada Isabel, que desde su debut metropolitano en Romeo y Julieta como el page Stéphano, donde «se robó» muchos de los aplausos destinados a la Netrebko y Roberto Alagna, viene cosechando una seguidilla ininterrumpida de sonados triunfos.
Entre los credenciales que la respaldan pueden contarse el Premio Beverly Sills 2011, la beca Marilyn Horne y hasta el Joffrey Ballet School donde bailó de niña amén de la Julliard School y el codiciado Premio Richard Tucker (entre los previos ganadores figuran Renee Fleming, Deborah Voigt, Joyce DiDonato y David Daniels) del que fue merecedora el año pasado y que terminó de catapultarla a un estrellato internacional al que tarde o temprano estaba predestinada.
Pero no bastan premios y honores, es en el escenario donde se ve el resultado de una vida dedicada al canto y de una carrera cuidadosamente planeada y ejecutada al pie de la letra. En papeles como Cherubino, Cenerentola, la Costanza de Vivaldi, Sesto – el de Mozart y el de Handel -, Rosina de El barbero de Sevilla, la Concepción de La hora española de Ravel, La Perichole, Zerlina (su debut profesional), Ruggiero de Alcina, una extraordinaria Miranda en La tempestad de Thomas Adès así como una adorable Dorabella que acaba de encarnar en el Cosí fan tutte metropolitano en el ansiado retorno de James Levine.
En apenas un lustro, Isabel no sólo ha conquistado el MET sino también el Festival de Salzburgo, la Opera de Paris, el Festival de Glyndebourne, las Operas de Baviera y Viena, San Francisco, Dallas, Chicago y Santa Fe sin contar sus intervenciones como solista y recitales donde se mide con el Berlioz de Las noches de estío, las canciones de Reynaldo Hahn y Arnold Schöenberg, Hugo Wolf, Rachmaninoff, Brahms, el barroco y también, como adicta al jazz y su idolatrada Ella Fitzgerald, el repertorio americano con incursiones en Jerome Kern, Cole Porter o George Gershwin.
Sin embargo hay un repertorio con el que Isabel tiene particular afinidad: el español y al que su recital en Miami estará exclusivamente dedicado. Esta neoyorquina que hoy por hoy representa la flor y nata de la joven generación americana – y a que incluso evoca al garbo y encanto de la mítica Frederica von Stade de los años setenta – tiene raíces sudamericanas, mas precisamente, argentinas. Su madre lo es y gran parte de su familia reside en Argentina adonde Isabel viaja cada año desde niña. Ese viaje al norte argentino, al telúrico Santiago del Estero es un cable a tierra que la conecta con un mundo diferente al de su Manhattan natal, es un periplo de renovación constante que termina de cincelar el retrato de una de las criaturas más notables aparecidas últimamente en la escena internacional.
A su gracia y elegancia innatas suma una voz de chocolate – su confesada gran debilidad – capaz de ejecutar la coloratura mas precisa con un timbre sensual, picante, delicioso; capaz de reunir la oscuridad opulenta de mezzo con la luminosa diafanidad de soprano. Esa versatilidad es otra buena razón por las que no le agrada definirse ni mezzo ni soprano, como la Melisande de Debussy, la enigmática Isabel sabrá encantar a un público ansioso por dejarse conquistar por su misterio.
Este domingo 18 de mayo, la cita obligada es con Isabel Leonard y su pianista Vlad Iftinka para despedir el último Sunday Afternoons of Music en gran estilo. Una ocasión que en todo sentido será memorable.
ISABEL LEONARD – 4PM – UM GUSMAN HALL – SUNDAY AFTERNOONS OF MUSIC – 305.271.7150