Bryan Hymel, héroe a celebrar por partida doble

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El esperado debut de Bryan Hymel – con Seraphic Fire el próximo 17, 18 y 19  de abril en Das Lied von der Erde de Mahler – no sólo viene a paliar el desolador panorama local de esta temporada en lo que respecta a visitas de cantantes famosos – sólo Dawn Upshaw y Thomas Hampson – también puede marcar un hito. 

Arriesgar que el joven Hymel es “el Jonas Kaufmann americano” tiene asidero aunque sea un artista por derecho propio cuyo ascenso meteórico está respaldado por condiciones superlativas. De hecho, su consagración internacional llegó al reemplazar a Kaufmann en Les Troyans en Covent Garden y luego a Giordani en el Met en el mismo papel de Eneas, ese temido personaje de Berlioz, verdadero “caballo de Troya” para todo tenor. A ese triunfo se sumaron Robert le Diable de Meyerbeer y Les Vêpres Siciliennes de Verdi acreditándolo como el nuevo tenor para seguir de cerca.

Y Bryan Hymel no defrauda con Heroïque, su primer recital discográfico. En primer lugar por la elección de un repertorio que aguarda atención o exhumación; por una vez un tenor ascendente no se apoya en caballitos de batalla destinados al mercado fácil y la feroz comparación con ilustres antecesores. Y luego porque el recital no sólo es una exploración válida donde hasta el texto del libreto adjunto merece leerse sino que las versiones son de óptimo nivel. En todo sentido, Heroïque es un disco importante y exitoso donde la evocación implícita a los legendarios Jean de Reszke, Edmond Vergnet, Adolphe Nourrit y Gilbert Duprez está a la orden del día.

Ordenado cronológicamente, otro acierto, el cantante neorleanés inicia el programa con el célebre (por imposible) Asile héréditaire de Guillaume Tell de Rossini, saliendo airoso de una de las arias mas difíciles para su cuerda, suerte de Di quella pira francés. No se está en presencia de un estilista como Nicolai Gedda o de la tersura vocal de su contemporáneo Piotr Beczala – que acaba de lanzar un excelente compacto de arias francesas con DG -, Hymel posee un sonido bruñido, imponente y oscuro, amplio e apasionado, no libre de impurezas, mas cercano a un Heppner, Vickers o Kaufmann, como éstos es un “gusto adquirido”, diferente a la homogeneizada industria actual de cantantes en serie.

Vale decir que el Arnold de Hymel no es un mero despliegue de agudos, es un estudio del personaje vertido eficazmente en el recitativo, aria y cabaletta. Aborda con elegancia y estilo la invocación a la naturaleza del Fausto de Berlioz y los Verdis “franceses” de Jerusalem – adaptación de I Lombardi – y Vepres hasta llegar al impactante Inutiles Regrets de Les Troyens. Queda mucho mas en este generoso compacto, el Adoniram de La reina de Saba de Gounod, el O paradis de Vasco da Gama de L’Africaine de Meyerbeer, popularizado por Caruso en italiano, y el aria de Juan el bautista de Herodiade de Massenet.

Para el final, tres arias de fin de siglo XIX y siglo XX abandonando la Grand-Opera e introduciéndose en el wagnerismo de la época con Sigurd – versión francesa del Nibelungenlied de Reyer cuyo héroe es una curiosa combinación vocal del mundo galo y teutón -, L’attaque du moulin de Bruneau y la canción de las cigarras de Rolande et le mauvais garcon de Rabaud, ópera olvidada compuesta en 1934.

A todo pulmón, con dicción notable y un manejo irreprochable de la altísima tesitura y particularidades del estilo francés sale airoso Hymel de cada asignación. Lo secunda otro estilista, Emmanuel Villaume al frente de la filarmónica de Praga.

Un menú sin concesiones, tan exótico como irresistible por un tenor que se las trae. Tan recomendado como la versión de cámara de La canción de la tierra de Mahler que protagonizará junto a Suzanne Mentzer bajo Patrick Quigley para Seraphic Fire el venidero abril.  Ambos son imperdible.

* Heroïque, Hymel, Villaume, Warner Classics 0825646179503