Samuel Hasselhorn, memorable Schumann
“Los grandes temas de la condición humana pueden mostrarse con magnífica opulencia en el cine o el escenario lírico o teatral; en cambio, este aspecto visual no existe en el canto de cámara donde tanto intérprete como espectador se ven confrontados ante el desafio de usar su imaginación, como el lector solitario frente a un poema o novela” alerta Samuel Hasselhorn en el texto adjunto de su flamante compacto con el que hace su segunda entrada triunfal en el catálogo discográfico y otra vez con Schumann, nada menos.
Continuando la línea sucesoria del inmenso Dietrich Fischer Dieskau (y Hermann Prey), de Thomas Hampson, Matthias Görne, Simon Keenlyside y Christian Gerhaher, cuyos últimos trabajos estamparon un sello casi definitivo al canto schumaniano, el laureado joven barítono nacido en 1990 en Göttingen entrega un memorable trabajo junto al pianista Joseph Middleton dedicado, con alguna que otra excepción, a Lieder escogidos de los 138 que compuso en aquel Annus Mirabilis de 1840, hito en la carrera de Schumann en el que legó Dichterliebe, Frauenliebe und leben y los dos Liederkreis. Significativamente, como Samuel Hasselhorn, el compositor tenía entonces treinta años.
Impregnadas con apabullante intensidad poética, desfilan balladas, romances, soliloquios, tragedias inmensas asi como mínimas que plantean una montaña rusa de claroscuros, de luces y de sombras típicas del volátil Schumann que Hasselhorn enfrenta gallardamente con una madurez interpretativa que no deja de sorprender. Un recital diseñado con infinito cuidado donde las diferentes atmósferas se unifican bajo riguroso estilo con textos de Heine, Kerner, Chamisso y Hans Christian Andersen en el que claramente se destacan las doce Kerner Lieder, las últimas canciones – definidas como Liederreihe, suite en vez de ciclo – que compuso ese año crucial y que constituye el núcleo del programa, alli Stille Liebe, exquisitamente vertida, justifica titular el álbum. No le va a la zaga, su clásica compañera Stille Tränen. Por otra parte, Tragödie del Op 64 (Romanzen und Balladen) de Heine al igual que Belsatzar y Die Beiden Grenadiere dan la pincelada teatral y Hasselhorn sale airoso del compromiso para finalmente sumergirse en las cinco Lieder del Opus 40, aquellas definidas como “rarezas inquietantes” de Andersen y Adelbert von Chamisso.
Conquista el enfoque del cantante, natural, nunca afectado, emisión y emoción controladas aportando tersura y amplitud vocal que domina sin esfuerzo y al que añade perfecta dicción. Esa misma introspección se aplica al pianista, ambos logran un recital de calidad superior en notable consustanciación.
En síntesis, para celebrar la llegada de un nombre que dará mucho que hablar y que asegura la supervivencia del género como otros nuevos valores que no dejan de arribar. Un universo para imaginar.
*SCHUMANN LIEDER, HASSELHORN, MIDDLETON, HARMONIA MUNDI HMN 916114