Lise Davidsen, sonoro rayo de luz

 

Como si no bastara con el primer compacto dedicado a Wagner y Strauss hace apenas meses, la fenomenal Lise Davidsen entrega su segunda carta de presentación discográfica realizada en estudios; y fenomenal es el adjetivo adecuado a este joven portento vocal con una carrera meteórica que la señala como la soprano wagneriana de esta década que comienza. Y como su caso es la excepción a la regla, aqui segundas partes «también son buenas».

Davidsen es una voz importante, escandinava en la gran tradición de Kirsten Flagstad y Birgit Nilsson (Decca se anota un triunfo, es la primera soprano noruega contratada desde Flagstad) sin olvidar a Nina Stemme, Ingrid Bjoner y otras ilustres sopranos de la región. Justamente porque es una voz importante suscita comparaciones, por mas odiosas o inapropiadas que puedan parecer, lo cierto es que ella puede hacerles frente y equipararse, es más, las merece, y por si esto fuera poco, sale airosa.

Al escucharla cuesta no evocar a Nilsson, por eso la incorporación de repertorio italiano (que la sueca adoraba aunque se la tildaba de fria) permite apreciar su versatilidad asi como imaginar a Birgit en papeles que nunca abordó, léase Desdemona, Santuzza, Medea y Leonora de Vargas cuya aria Pace Pace cantaba en recitales. Asimismo es imposible no confundirlas en las Wesendonck Lieder, nunca fueron el fuerte de la sueca que las grabo tardíamente en 1971 con Colin Davis, vale decir y aceptar que otras intérpretes supieron calar mas hondo, Flagstad, Crespin, Ludwig, Farrell, Norman, voces menos aceradas, mas carnosas y cálidas. El incomparable instrumento de Nilsson, con su precisión de láser carecía de cierta flexibilidad. Y aquí llega Davidsen aportando una calidez que evadia a la diva ya veterana.

Con todo, curiosamente, las Wesendonck resultan lo menos interesante de un programa que trae revelaciones y sorpresas. Escuchar la gran aria de Leonore de Fidelio seguido por la monumental escena Ah pérfido es una  provechosa combinación para deleite de operómanos máxime porque Davidsen la encarna convincentemente desde todo ángulo, más allá de que sea en la zona aguda donde la voz parece crecer e iluminar las alturas, no hay otra imagen. Debido a la pandemia, su Leonore en Covent Garden fue cancelada luego del debut pero las críticas fueron laudatorias y merecidas a juzgar por este Abschleulicher deslumbrante con suficiente peso vocal en graves y medios coronado por un soberbio agudo.

Si Medea fue literalmente propiedad de Callas no debe olvidarse que notables wagnerianas la encarnaron, Rysanek, Farrell y en especial Gwyneth Jones al comienzo de su larga carrera, no sólo la grabó sino que la cantó en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1969 dejando un recuerdo imborrable. Después de haberla interpretado en el Festival de Wexford 2017, Davidsen entrega un Dei tuoi figli de altísimo nivel, de estirpe clásica sin dejar de aportarle calidez. Nada puede objetarse del Voi lo sapete de Cavalleria Rusticana de una limpieza vocal ejemplar, vale anotar que abordó Santuzza en la Ópera de Noruega en la temporada 2016. Le siguen dos plegarias verdianas de características opuestas, el Ave Maria de Otello y el Pace pace de Forza, si en la primera compone una Desdémona tan vibrante como angelical, como Leonora se lleva las palmas en una lectura volcánica, quizás lo mejor del programa por revelador y contundente.

Imposible no destacar el trabajo de Mark Elder al frente de la filarmónica londinense, otro acierto del compacto.

En suma, otro bienvenido aporte de esta joven gran noruega asi como la prueba de que segundas partes pueden ser buenas y esperando una tercera con mas reconfortantes sorpresas, las necesitamos.

*LISE DAVIDSEN, ARIAS, ELDER, DECCA 12251 UPC 00028948515073