Simon Keenlyside, labrador del canto y de la vida
Entre La consagración de la primavera de Stravinsky y las andanzas del Don Juan straussiano, el debut en Miami de Simon Keenlyside en Lieder del compositor bávaro con la Orquesta de Cleveland bajo Franz Welser-Most promete ser uno de los hitos de la temporada.
Son contadas las oportunidades de apreciar a un barítono de su talla, eximio actor-cantante y además, uno de los mas inteligentes, versátiles y también elusivos de su cuerda. A los 54 años, Keenlyside es un artista completo que si acumula premios, tan inevitables como merecidos, conquista por la intensidad de sus trabajos en la plataforma de conciertos o encarnando a Don Giovanni, Pelleas, Papageno, Orestes, Billy Budd, Eugene Onegin, Wozzeck, Hamlet o Macbeth, personajes en los que ha dejado una impronta única y por lo podría ser llamado “el Jeremy Irons de los cantantes de ópera». Para muestra de su camaleónica versatilidad el sensacional Prospero, papel que estrenó en La Tempestad de Tomas Adès y que acaba de llevarse el Grammy clásico.
Como el gran Caruso es además un caricaturista delicioso, certero – basta con su viñeta de la Melisande de Frederica von Stade en el diván del analista deshojando la margarita y obviamente titulada Je suis heureuse, non, je ne suis pas heureuse…– o como su antecesor Dietrich Fischer Dieskau es un pintor que aplica sus colores a cada personaje y compositor. Y es hablando de colores como empieza esta charla desde Londres donde acaba de llegar después de una serie de Almavivas en Viena, personaje que lo acompaña desde hace veinticinco años cuando debutó en Hamburgo en Las Bodas de Fígaro. “Es muy útil aplicarlos en la definición de cada compositor. Por ejemplo, Mozart ofrece una paleta variada de color para jugar con múltiples facetas en cambio Verdi pide un brochazo de un solo color para cada personaje llámese Germont, Posa, Macbeth, Rigoletto o Ford; en consecuencia, cada color de cada personaje forma la paleta y completa el cuadro. Si se enfrentan estos papeles de muy joven cabría preguntarse si se dispone en la paleta del arsenal de colores para plasmarlos.”
Durante décadas con infinita paciencia ha construído un vasto repertorio, adaptándose, cambiando, creciendo como persona y artista “Nuestro cuerpo crece y cambia como un árbol”. De alli que su Billy Budd no suene como Pelleas ni éste como Hamlet o Macbeth. “Las grandes óperas son piezas radicales, reflejos de la naturaleza humana, todo cambia menos eso, seguimos siendo los mismos. Pero convengamos que el Hamlet o Macbeth operísticos no son Shakespeare sino satélites de ese sol que fue Shakespeare. No son el sol, sino espléndidos derivados. He abordado los personajes de Verdi no hace mucho y me lo estoy tomando con calma, todavía tengo tiempo para los que me faltan. Por ahora disfruto muchisimo cantar Posa, Germont, Macbeth y Rigoletto. Y si aquellos no llegan, tampoco me importa demasiado en este momento de mi vida, mi absoluta prioridad es mi familia”.
En el 2006, este inquieto trotamundos finalmente sentó cabeza. Se casó con la bailarina francesa Zenaida Yanowsky, de padre ruso y madre española, estrella del Royal Ballet, con la que tuvo los pequeños Owen y Iona. Son remanso y prioridad para el cantante que dice haber vivido como un gitano toda su vida, tanto que se considera mas europeo que inglés. La familia pasa la mayor parte del tiempo posible en una granja junto al mar en la costa oeste de Gales donde cultiva la tierra, planta y crea habitats para aves y animales permitiéndole reavivar su amor por la naturaleza, su pasión desde niño. A los catorce era guardabosques, estudiaba antropología y zoología; apasionado por los pájaros sabía el canto de cada una de las aves de Europa.
Pensó ser ornitólogo pero el canto pudo más para este hijo y nieto de músicos – su padre fue violín del Aeolian Quartet – que se crió escuchando Mozart, Haydn y Beethoven y que a los ocho años se unió al coro de niños de St. John de Cambridge donde fue niño-soprano por seis años en giras por el mundo cubriendo el espectro musical desde Palestrina a Messiaen.
Keenlyside se perfeccionó en Manchester y debutó “al toro” en Hamburgo donde sufrió el rigido sistema de repertorio alemán hasta que se mudó a la ópera escocesa para completar su formación. El resto es historia: Covent Garden, Glyndebourne, Wigmore Hall, San Francisco, Paris y el Metropolitan neoyorquino no sin antes unos nutritivos años en Italia donde cantó en La Scala junto a Muti y Abbado “Claudio siempre daba la impresión de estar interesadísimo en el punto de vista del cantante, y para un intérprete eso es el cielo. Se ganaba la inmediata adhesión y fidelidad del cantante. Recuerdo preguntándome enfrente de todos que pensaba de éste o aquel personaje, su gentil manera de tratarnos era maravillosa y ejemplar, incluso aunque en ocasiones hubiese sido puramente diplomático. Uno se sentía tomado en cuenta. Y su modo de hacer música era la de un malabarista que parecía sostener en el aire un plato donde se asentaba un bol de cristal. Tengo tantos recuerdos felices de cuando hicimos Don Giovanni… En definitiva, Abbado era un gran político en el podio, y esa confianza que depositaba en el otro, era parte de su magia”.
Este gitano “antisocial para ciertas cosas” al que le gustaría saber cantar como Amalia Rodrigues y Billie Holiday se atiene al dogma de su admirado Louis Armstrong “Sólo hay dos músicas, la buena y la mala”. Y entonces prefiere atenerse al repertorio clásico que mejor le va y del que dice “Una vida no es suficiente para aprender todo lo que necesito en Lied, chanson, canciones y ópera”.
Le cuento que su Papageno – tristón, solitario, tímido, de ternura chaplinesca – cambió para siempre mi visión del personaje y responde “Porque no es un payaso, es el hombre natural, somos nosotros y Flauta la mas seria y trascendente ópera de Mozart porque apunta a la realización individual. Es un incomparable canto a la libertad, es la libertad a expensas de ningun otro, en estado puro. Papageno quiere su libertad e independencia a toda costa, no quiere ser alguien sino quiere ser feliz”.
Como salida de un Lied de Schubert, Mahler o su amado Hugo Wolf, su figura esencialmente romántica también podría evocar al Werther de Massenet – “Cuando estaba en San Francisco, el entonces director, Lofti Mansouri me ofreció la versión para barítono que Massenet arregló para Battistini a condición de que cantara en Dead Man Walking y como no acepté todo quedó en la nada. De todos modos, estudiando la partitura, no es tan diferente al original, es un arreglo muy peculiar”.
Y si de papeles atípicos se trata cuenta divertido “Amenacé cantar Siegmund de Die Walküre y también Parsifal, pero cuando me los ofrecieron estaba comenzando con los personajes de Verdi y me dije, mejor ten cuidado con lo que haces y con lo que dices… pero la amenaza todavía existe porque estoy planeando un concierto con ellos”.
Cuando se le pregunta su opinión en esta era regida por directores de escena contesta “Prefiero cooperación entre el director y el cantante, algo que no es tan común. Entiendo que hace medio siglo era al revés y los cantantes tenían demasiado poder pero hoy nos hemos ido demasiado al otro lado. Ese desbalance hasta se refleja en los decorados, tantas veces construidos con materiales tan absorbentes o tan reberverantes que no benefician en nada el hecho de hacer música. No se trata de hacerse oír sino que el canto, y vuelvo a los colores, emerge incoloro, se pierden infinidad de acentos y matices. Respeto a los directores pero también necesito que se me respete como cantante. Hice, por ejemplo, una versión en Munich de Eugene Onegin donde en una suerte de homenaje a Brokeback Mountain, el protagonista era gay. Vista desde ese enfoque, no queda otra opción que aceptarlo, ayudar al concepto y hacerlo. Es colaborar o irse. Tengo buena relación con la mayoría de los directores, muy pocos son difíciles, también hay cantantes difíciles”.
Ante el sempiterno anuncio de la próxima muerte de la ópera acota “El dia que la gente rica, léase patrocinadores y empresas, decida que no quieren mas ópera, al menos en América, llegará un momento decisivo, un parate triste. Nosotros sabemos que es una forma de arte incomparable y completa. No obstante, es muy difícil explicarle a la gente desinteresada o desinformada por qué es un producto tan excepcional. Quienes dicen que no es popular, se equivocan. En Nueva York en diez dias del Met acuden 40,000 personas. Eso no sucede con un género impopular verdad? Los teatros líricos también están repletos en Europa y Asia es hoy el nuevo gran mercado. Quienes dicen que es cara, se equivocan. Cuesta mucho mas ir a un partido de futbol, de beisbol o de tenis; cuesta más ir a ver un show o incluso ir a comer afuera. Son argumentos estúpidos que no tienen validez, basados en la ignorancia. Ir a la ópera no es mas caro que un montón de otras cosas a las que vamos sin cuestionarnos”.
En cuanto a sus grabaciones “No tengo favoritas, a decir verdad ni las escucho, no puedo escucharlas porque les encuentro demasiados defectos. Si me veo forzado a elegir, debo decir que los discos que grabé con Sony, están bien hechos” o cómo le gustaría ser recordado, asevera sin rasgos de falsa modestia “No quiero ser recordado ni creo que vaya a serlo. Pertenezco a una familia de generaciones de músicos que han visto pasar mucha agua bajo el puente y el olvido es moneda corriente. Qué significan nombres como Tagliabue, Amato, De Luca, incluso Warren para los jóvenes de hoy?. Si ellos no son recordados, qué puedo esperar yo?. Prefiero seguir peleando por lo que realmente vale, los míos. Sólo quiero que me recuerde mi familia”.
A pesar de que Richard Strauss ha dicho presente a lo largo de su carrera, Olivier y Harlequin son los primeros papeles que vienen a la mente amén de un exquisito recital temprano en compacto con Martineau, su visita a Miami lo verá en canciones con orquesta, lo que es bastante inusual en la cuerda de barítono “No son las coordenadas habituales pero el sólo hecho de hacerlo con la Orquesta de Cleveland fue una tentación imposible de resistir”.
Elige vivir lejos del mundanal ruido, disfrutando su labor de padre y labrador. Hace honor al artista realmente culto (de cultivar) y su trabajo es ser jardinero, cuidador, preservador de los bienes naturales y de la cultura de los hombres en su mas noble expresión. En el mundo actual, artistas como Keenlyside se cuentan con los dedos de una mano.
SIMON KEENLYSIDE, ORQUESTA DE CLEVELAND, 31 DE ENERO-1 DE FEBRERO. 8 PM, http://www.arshtcenter.org/tickets/subscriptions/classical/cleveland-orchestra-miami/
ESENCIAL KEENLYSIDE
DVD
* ADÈS – THE TEMPEST – LEPAGE/ADÈS – DG DVD
* MONTEVERDI – L’ORFEO – BROWN/JACOBS – DVD HARMONIA MUNDI
* MOZART – DIE ZAUBERFLÖTE – MC VICAR/COLIN DAVIS – OPUS ARTE DVD
* MOZART – DON GIOVANNI – MACKERRAS/ZAMBELLO – OPUS ARTE DVD
* TCHAICOVSKY – EUGENE ONEGIN – HOLTEN/TICCIATI – OPUS ARTE DVD
* THOMAS – HAMLET – DE BILLY – EMI DVD
* VERDI – MACBETH – LLOYD/PAPPANO – OPUS ARTE DVD
CD
* SONGS OF WAR – MARTINEAU – SONY
* SCHUMANN & BRAHMS LIEDER – INCLUYE DICHTERLIEBE – MARTINEAU – SONY
* TALES OF OPERA – ARIAS – SCHIRMER – SONY
* DEIN IST MEIN GANZES HERZ – OPERETA ARIAS – KIRCHSCHLAGER – ESCHWÉ – SONY
* SCHUMANN EDITION VOL. II – G.JOHNSON – HYPERION
* MOZART – DON GIOVANNI – ABBADO – DG CD
* MOZART – LE NOZZE DI FIGARO – JACOBS – HARMONIA MUNDI
* BRITTEN – BILLY BUDD – HICOX – CHANDOS CD
* BRITTEN – WAR REQUIEM – NOSEDA – LSO LIVE CD