Una voz entre músicos y poetas

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Por una vez, una prometedora soprano lírica no elige para su presentación discográfica el típico formato de arias trilladas que le garantice aprobar el examen de rigor; por suerte ni vals de Musseta ni sempiterno O mio babbino caro sino un grupo de rarezas que revela inquietud por un repertorio diferente dentro de su lengua nativa. No es que Rosa Feola no pueda con las arias mas exigentes, triunfa como Amina, Elvira, Giulietta, Corinna, Fiorilla y Gilda, pero demuestra que es dueña de aquel “cierto no se que” capaz de ir mas allá del vocalismo virtuoso como para justificar su inclusión en la notable nueva serie de Opus Arte destinada a figuras ascendentes del canto desde el Wigmore Hall, cortesía de los Rosenblatt Recitals.

La italiana Rosa Feola y su pianista Ian Burnside titulan el recital Musica y Poesía explorando recónditos rincones del canto peninsular en las figuras de compositores como Ottorino Respighi (1879-1936), Amilcare Ponchielli (1834-1886), Ciro Pinsuti(1829-1888) y Giuseppe Martucci (1856-1909) con la sola excursión al Liszt mediterráneo de los años de peregrinación en los Sonetos de Petrarca que cierran el programa.

Alumna de Mara Naddei, perfeccionada con Renata Scotto y Anna Vandi en la Academia de Santa Cecilia, favorita de Muti y Nagano, la soprano evidencia la típica y hoy extrañada impostación italiana de sonido penetrante, limpieza y agilidad en la línea de canto y un sonido cálido e intenso al que nos hemos ido desacostumbrando con la abundante oferta de hoy día encabezada por cantantes de otras nacionalidades. 

En todo sentido, Feola propone un retorno a la fuente luciéndose en una aventura con visos prerrafaelistas, con los compositores del ochocientos cantándole a una Arcadia tan añorada como perdida. Tampoco aborda el clásico Tramonto de Respighi sino los Quattro rispetti toscani del grupo inspirado por canciones folklóricas de esa región con la dulzura y sencillez requerida y los bellísimos Deità silvane, evocación del mundo pastoral y mitológico que la cantante ilustra admirablemente en una soleada vena casi straussiana con el impecable concurso de Burnside.

El cuidado minucioso a los versos dentro de la línea vocal es otro de sus fuertes así como el acento inteligente que tampoco denota esfuerzo en las instancias más dramáticas o expansivas, rasgo que se aprecia en las tres canciones de Giuseppe Martucci: Canción de mayo, Lamento antiguo y Nevada.

Dante y Petrarca ocupan el resto del programa. El primero en un mismo soneto – el célebre Tanto gentile e tanto onesta pare – musicalizado por Ponchielli (el autor de La Gioconda) y luego por el sienés Ciro Pinsuti que fuera discípulo de Rossini y representa el canto en la era victoriana en sus años londinenses. El suave lirismo de ambos precede al tempestuoso Pace non trovo de Liszt que pone a prueba a la soprano y pianista. Salen airosos para recalar en Benedetto sia il giorno (el único donde se sospecha incomodidad estilística y cierta tirantez en los agudos amén de destacables pianos y filados) y concluir con el sublime I vidi in terra, que llega como buen broche final.

Sin amaneramientos, simple y directa, el instrumento de Feola es de pureza y solidez cabal otorgando la liviandad necesaria que compensa el simbolismo fuerte y decadente de la época. Una bella sesión de música y poesía que evoca el pasado e ilustra el presente del mejor y mas auténtico recitar cantando, esencia del género lírico. Obviamente, una voz para seguir.

*MUSICA & POESIA, ROSA FEOLA, OPUS ARTE OA CD9039