CLASSICAL SOUTH FLORIDA, un golpe sordo e injusto
Cada vez que cierra un teatro, una biblioteca o como en este caso, una emisora dedicada a la música clásica, se enluta a una ciudad y su gente. Suena trágico porque es trágico, máxime cuando contradice la tendencia en alza de una estación radial que después de perder millones de dólares anualmente comenzaba a recuperarse repuntando con inusitado optimismo. Es verdad que Classical South Florida seguía perdiendo dinero pero, de haber perdido casi tres millones en el 2012, se había recuperado a 2.4 en el 2013 y a sólo 1.6 en el 2014. Las perspectivas eran promisorias, el público respondía y la programación – su Talón de Aquiles porque venía “enlatada” desde Minnesota – comenzaba a adaptarse a las necesidades y gusto de la audiencia gracias al esfuerzo y aporte innovador del plantel local.
Desafortunadamente todo ese ímpetu y entusiasmo quedó congelado ante la devastadora noticia que su propietaria American Public Media de Minnesota la ha vendido por 21.7 millones a Education Media Foundation, un grupo estaciones radiales religiosas basadas en California. Es un mal signo que ha caído como una bomba en los círculos de la música local que veían en el reverdecimiento de Classical South Florida un aliado incondicional y la voz para la difusión y educación de sus actividades.
Para colmo de males, aparentemente la venta concierne a tres estaciones –WKCP Miami, WPBI News West Palm Beach y WNPS Southwest Florida – que cubren todo el sur del estado, uno donde la actividad cultural florece con el aporte de locales, turistas y nuevos residentes ávidos por convertirlo en un polo cultural donde todas las condiciones están dadas. Sobra mencionar la actividad museística, las ferias de arte, universitaria y musical, ejemplos como la New World Symphony, YoungArts, Seraphic Fire, Miami City Ballet, FGO, la Asociación de Música de Cámara, MISO, MMP, la University of Miami y FIU sumados a la revitalización del Mainly Mozart Festival y la entrada al ruedo del Miami Summer Music Festival esta temporada son suficientes para confirmar la vocación por la buena música cimentada por entidades que ya no están pero cuya semilla germina contra viento y marea, empezando por las añoradas Orquesta Filarmónica de Florida y la Asociación de Conciertos, entre otras, sin olvidar la pionera WTMI, responsable por nutrir, formar y mantener el gusto musical de tantos entre los que me incluyo.
El sur de Florida es un terreno fértil y benevolente que ha recibido a la Cleveland Orchestra en Miami y que recibirá a la Filarmónica de Viena a partir del 2016 en Naples, cuyas posibilidades parecen multiplicarse. Silenciar la voz de una estación que propaga y promociona la buena música es no sólo un crimen sino un insulto a sus habitantes. Habrá quienes argumenten que hay otras alternativas, que la tecnología ofrece otras posibilidades o aquellos que dejan a la cultura a la deriva con la irresponsable premisa “siempre se las arregla para sobrevivir”.
No es el caso, aquí se trata de una planta endeble, demasiado joven, demasiado verde que necesita apuntalarse por todos lados. Con la cultura no se gana dinero, es una regla general con pocas afortunadas excepciones; a cambio se ganan otras cosas tanto mas valiosas y duraderas y que curiosamente acaban por producir dinero, en caso que sea este el único objetivo. Ojalá suceda como la pobre planta que laboriosamente se abre camino a través del cemento para emerger en las grietas de una autopista o un muro, aunque sea muy triste que deba ser así en una sociedad joven, dinámica, emprendedora, diversa y multicultural como la nuestra. Ni la ciudad, ni sus entidades culturales, ni el público, ni los oyentes merecen que se arranque esta plantita así de cuajo. Otra vez, perdemos todos.
