Canto que trasciende dolor, razas y fronteras

 

Si soy parcial frente a cada proyecto que emprende Illuminarts, es porque se hace dificil no serlo frente a esta pequeña entidad bajo la creativa, atenta mirada de la mezzosoprano Amanda Crider, que apuesta a combinar música con artes visuales, pequeños originalísimos emprendimientos que van creciendo hasta dejar una impronta grande en la comunidad artística de Miami. Sea una visita cantada por una exhibición o una instalación sonora en alguna galería o museo, la tarea de Illuminarts siempre reviste interés y lo mejor, siempre sorprende gratamente.

Hace dos temporadas el recital The Dandy Lion Roars, en contexto con la exposición en el Lowe Art Museum marcó un hito para los afortunados asistentes. Este último fin de semana, Illuminarts repitió la proeza con un evento similar que no obstante también tuvo rasgos únicos. En conjunción con Dancing in the Absence of Pain,  la exposición de fotografías y videos del joven Terence Price II en el ArtCenter/South Florida, presentó en un recital que fue digna celebración del Mes de la Herencia Afroamericana.

 

Marcha hacia el New World Center – foto Francisco Mogara

 

El show comenzó con una visita a la muestra, siguió con una insólita jubilosa marcha de artistas y asistentes por Lincoln Road hasta llegar a destino: el Suntrust Pavillion de la New World Symphony donde tres impecables intérpretes secundados por un coro de once, ubicados al fondo de la sala, abordaron un programa que hizo del atardecer del sábado una ocasión emocionante. Terence Price II: Here After fue un concierto que combinó varios géneros tan sagazmente que pareció corto, quizás -o seguramente- porque lo bueno si breve dos veces bueno. Cantaron el barítono Charles Wesley Evans, regular de Seraphic Fire, el contratenor John Holiday y el fenomenal – no hay otra palabra – James Davis Jr. pianista y tenor que ya había deslumbrado en The Dandy Lion Roars.

Entre proyecciones de señeros poemas de Langston Hughes y las provocativas imágenes de Price, el barítono se abrió paso con One Voice de Gordon Chambers y Phil Gladston en arreglo de Alvaro Bermúdez y La canción sin palabras, ese callado himno del Harlem Renaissance que, realmente, no necesita palabras. Invitado de honor, John Holiday mostró que es un contratenor intrépido capaz de negociar altísimas tesituras sin el mínimo temor porque sabe cómo, deslizándose sedosamente entre registros vocales para obtener que el clásico Over my head I hear music in the air combinado con Amazing Grace sonara tan fresco como el inesperado Fly Me To The Moon sumado a un Summertime inolvidable precedido por el único I Dream a World (*).

 

John Holiday – foto Francisco Mogara

 

Hubo mucho mas, The Wider View y The Heart of a Woman de H. Leslie Adams, dos impactantes Someday We’ll All Be Free, clásico de Donny Hathaway, y ese auténtico himno de Nina Simone, To Be Young, Gifted and Black redondearon la intención de la velada que culminó con He Ain’t Heavy, He’s My Brother, aquella balada popularizada por The Hollies y Neil Diamond en los setenta, y un sentido Smile, joyita de y con la que Charlie Chaplin cierra su paradigmática Tiempos Modernos. En el final los tres se unieron en estremecedora armonía para Stories de Bill Withers en soberbio arreglo de James Davis Jr. que volvió a tocar y cantar con una claridad e imaginación de elegido. Si la canción reza Ven a mi casa de gloria y te trataré bien, es obligación constatar que Illuminarts trató a su audiencia mucho más que bien, con un banquete conformado por delicias de unión y reconciliación entre los hombres.

James Davis Jr. – foto Francisco Mogara

 

para información y próximos conciertos ver la página de Illuminarts

 

Charles Wesley Evans – foto Francisco Mogara

 

(*)

I dream a world where man
No other man will scorn,
Where love will bless the earth
And peace its paths adorn
I dream a world where all
Will know sweet freedom’s way,
Where greed no longer saps the soul
Nor avarice blights our day.
A world I dream where black or white,
Whatever race you be,
Will share the bounties of the earth
And every man is free,
Where wretchedness will hang its head
And joy, like a pearl,
Attends the needs of all mankind-
Of such I dream, my world!