El canto sedoso de la cautelosa zarina
La serie online de estrellas de la lírica presentada por el Met – cuyo personal vive una crisis descomunal sin visos de solución de momento – no deja de tener similitud con aquellas vidrieras que exhiben lo mas granado de una boutique que podría estar a cargo del mismísimo Dr. Miracle probando, además, la existencia de universos paralelos donde todo se desarrolla en la calma mas normal, mirando (mejor dicho cantando) para otro lado.
Como ejemplo la última entrega donde ese escaparate fue el espectacular ámbito de la Escuela de Equitación Española vienesa presentando a la soprano Anna Netrebko quien asimismo mostró cierto mecánico aire a la muñeca Olympia. Afortunadamente la diva no hizo su entrada a caballo cual valquiria, o en todo caso zarina, sino que se circunscribió a una tarima erigida en el centro de la arena donde se la apreció curiosamente contenida, a tal punto de resultar artificial incluso coreografiada en sus poses, lejos de sus habituales desbordes cuando queda ad-libitum. Esta vez lució inusual compostura en un recital destinado a reconquistar sectores de su público un tanto decepcionados ultimamente asi como demostrar que cuando quiere todavía puede ser la diva que sus fanáticos incondicionales proclaman.
Supuestamente temático con alusiones a “Noche y día”, el programa (incluído su vestido) similar al de hace dos años con Malcom Martineau y que presentó en el Liceo barcelonés semanas atrás, se concentró en piezas íntimas alejadas de la pompa operística y en repertorio ruso que domina a la perfección con incursiones en el francés y alemán, donde su rendimiento es mas cuestionable. Vale destacar que Netrebko regaló un recital donde primó el terciopelo de su voz privilegiada, regodeándose con su capacidad de apianar, incluso donde no debe, o rallentar al máximo para extasiar a sus adoradores. En las tres canciones de Rachmaninoff que abrieron la velada asi como en Rimsky Korsakov y el posterior Tchaicovsky supo limar con la dulzura de su instrumento el acostumbrado filo acerado típico de las cantantes eslavas, así los tres compositores fueron bañados por una bienvenida calidez.
El Depuis le jour sirvió de pieza de resistencia para los amantes de la ópera donde exhibió pianisimos que enmascararon algún vibrato pronunciado y un disculpable traspié inicial, en cambio la popular Mattinata de Leoncavallo emergió con dicción ininteligible y línea de canto resbalada cuando no forzada, matizada con un innecesario bailecito.
Si Richard Strauss es el compositor germánico que mejor se aviene a sus medios, la afinidad con ese repertorio continúa eludiéndola. No basta con cantarlo bellamente como es su caso, mas allá de algún desliz de afinación o estilo, recordó a aquella cínica, brutalmente despiadada Elisabeth Schwarzkopf enfatizándole a una aterrada discípula “Para cantar en alemán no basta con cantar en alemán, hay que sentir… en alemán!”. El transitado Canciones que mi madre me enseñó de Dvorak tendió al desbalance entre pianos y fortes de corte casi verista; vale decir que a esta altura del programa se la sintió algo fatigada amén de cierta monotonía que inexorable ya impregnaba el balance total de la tarde. La solución no fue la mas indicada, una Barcarola de Hoffmann en máscaras intolerablemente desafinada (otro desliz que debió regrabarse) por la soprano acompañada por la mezzo Elena Maximova que ya la había secundado en el duo de Lisa-Pauline de La dama de pique con mejores resultados. Un vehemente Tchaicovsky a todo pulmón cerró el recital donde Pavel Nebolsin al piano fue el héroe silencioso de la velada que concluyó con un saludo que recordó al cine mudo, otro detalle que no se logra solucionar en transmisiones online.
En síntesis, un retorno a las fuentes para Netrebko en un recital fastidiosamente meticuloso que mostró a la diva en excelente voz pero carente de mayor hondura interpretativa, vuelve a sentírsela interesada en agradar y apuntar al efecto para regalar una sucesión de piezas donde prima el preciosismo vocal.
PD:
El próximo recital con Sonya Yoncheva interpretando arias de óperas del 27 de febrero tampoco contará con la orquesta metropolitana (que independientemente planea su propio concierto online a beneficio con Angela Gheorghiu el 21 de febrero), y que será otra vez trasmitido desde una localidad europea. No cabe duda que la situación es cada vez mas desconcertante, por no decir preocupante, sumándose al cúmulo de problemas ocasionados por la pandemia.
ANNA NETREBKO Disponible hasta el 19 de febrero online:
https://metstarslive.brightcove-services.com/events/6168654223001