Los virtuosos rivales, «a la mesa de» Rossini

Atención a los fanáticos de tenores, estarán de parabienes con esta entrega que alegrará y vigorizará este fin de un año tan difícil. Amigos y rivales es el antídoto perfecto para la modorra – o desgano – acarreada por meses; es un opíparo torneo servido por el mas gourmet de los compositores, Rossini claro está, que en estas circunstancias satisface con sus deliciosas creaciones culinarias.

Por una vez no son tres los tenores ni sólo uno, sino dos, compatriotas, colegas y amigos que juegan de rivales para regalar un recital no exento de bienvenidas rarezas y que funciona a la perfección. Asi como en la década del 70, las sopranos coterráneas Renata Scotto y Mirella Freni entregaron un memorable álbum titulado Las ilustres rivales donde alternaban papeles belcantistas con astucia sin par. Del mismo modo, como si en esta oportunidad fueran Los virtuosos rivales, Lawrence Brownlee y Michael Spyres, se lanzan al ruedo con altas dosis de buen gusto y virtuosismo para sacarse chispas, o en todo caso, encender eternas polémicas y absurdas comparaciones con fantasmas del pasado; afortunadamente no queda rastro de los originales en quienes está inspirado este  programa del período napolitano del compositor : Andrea Nozzari (1775-1832) y Giovanni David (1790-1864). Con su timbre oscuro, Spyres vendría a encarnar a Nozzari  “el baritenor “ y el pirotécnico Brownlee a David “el tenorino”.

Ambos tenores descollantes en repertorio belcantista, Spyres también lo es del francés donde hoy dia no tiene rivales, y si Brownlee es un ligero con un metal elegante que trepa a la estratósfera, el primero demuestra que empezó su carrera como barítono y saca provecho de ello, claro ejemplo es el duo entre Fígaro y Almaviva de Il barbiere di Siviglia, All’idea di quel metallo que abre el recital, recuérdese que Domingo – otro tenor que comenzó como barítono y, mejor dejémoslo ahi – grabó la hazaña con Abbado en DG. Mas allá de que Rossini no escribió el duo no para los tenores mencionados sino para Zamboni y García, ambos deleitan con esta lectura a todo brillo. Con esta entrada ambos entablan una sana competencia que se traduce en lecturas donde no sólo el oyente se asombra y disfruta, sino que dejan claro que son ellos quienes mejor lo pasan.

En esta carrera donde se juran animosidad, lealtad, afecto y otras hierbas, las voces se acoplan envidiablemente tal como supieron hacerlo las míticas Joan Sutherland y Marilyn Horne, pioneras de ese repertorio y que hoy florece no sólo con sopranos y mezzos sino con tenores de los kilates de Florez, Camarena, Osborn y los protagonistas del disco comentado, y dicho sea de paso, imposible olvidar entonces a otros pioneros, aquellos del Renacimiento Rossini en el tradicional Festival de Pesaro como Merritt, Blackwell y Kunde entre los mas destacados.

Aparte del duo del Barbero, el único cómico del programa, es el Rossini heroico el que los ocupa; Otello, Elisabetta, Ricciardo e Zoraide, La donna del lago, Le Siége de Corinthe – revisión parisina de Maometto II – y Armida. De El sitio de Corinto, estrenado en 1826 en Paris, fascina comparar el Grand Dieu faut-il qu’un peuple qui t’adore de Neocles por Brownlee (que grabó asimismo Spyres) con Marilyn Horne que le significó el triunfo escalígero en 1969. Luego Spyres como Cleomene – creado por el legendario Louis Nourrit mientras su hijo Adolphe era Neocles – y Erraught como Pamyra se suman en sublime terceto.

Si a primera vista la elección del programa podría resultar algo monótona, sucede exactamente lo contrario, el interés va in crescendo a medida que transcurre. Además, la notable participación de la mezzo irlandesa Tara Erraught aporta un sonido antiguo y generoso a la que se suma el tenor vasco Xabier Anduaga, otro nombre para seguir, excelente Iago en el feroz duo de Otello con Spyres. Los Virtuosos Italianos secundan el emprendimiento con instinto preclaro bajo la flexible batuta de Corrado Rovaris que se adapta graciosamente a los “caprichos” de los tenores.

En suma, una fascinante exploración de una era que marcó el origen y evolución de las categorías vocales que hoy conocemos y que entonces el genial Rossini adaptaba de acuerdo al material que disponía, material rico y frondoso donde los rivales se trenzaban en una lucha escénica donde el máximo ganador era el fervoroso público napolitano. Recomendado, no sólo a los tenoradictos.

*AMICI E RIVALI; BROWNLEE-SPYRES, ROVARIS, ERATO WARNER CLASSICS 0190295269470