Virtuosa Vivica en Wynwood

Escuchar a nada mas y nada menos que a Vivica Genaux, una de las indiscutidas “reinas del barroco” actual, en una galería de arte de Wynwood puede ser y de hecho, fue otra de las buenas sorpresas que abriga una ciudad insólita como Miami. La famosa mezzosoprano americana nacida en Alaska y residente en Venecia, aterrizó en Wynwood –  cortesía del entusiasta Dr. Marvin Sackner – para engalanar el grand-finale de la séptima temporada de Musimelange, grupo pionero en originales eventos musicales que combinan música y delicias culinarias, en la galería y jardines del M Building.

Acompañada por el eximio Brandon J. Acker en guitarra barroca y secundada por un ensamble que supo adaptarse al estilo y afinación barroca – Anne Chicheportiche (fundadora de la entidad) y Claudia Cagnassone en violín, Mari Liis Pakk en viola y Jason Calloway en cello – la cantante desplegó su conocido virtuosismo en un recital barroco tan íntimo como intenso en un recinto repleto. Decir que Genaux irrumpe con un arsenal que sorprende al mas avezado es poco, así como que apreciarla en un ámbito pequeño duplica tanto el placer como el asombro. Vale destacar que Genaux es una cantante provista de un sello único, ni Horne ni Bartoli sino Genaux y con eso le basta no sólo a ella sino a legiones de fanáticos. La coloratura límpida respondiendo a las desmesuradas exigencias de esta música florida, léase trinos, crescendos, diminuendos, roulades y toda clase de ornamentos es propiedad de Genaux quien a dos décadas de su debut profesional mantiene intacto su instrumento, una voz provista de particularísimo esmalte y flexibilidad a toda prueba, capaz de dar interpretar como ninguna o muy pocas composiciones escritas para castrados como Farinelli y Senesino así como divas de la era como la parmesana Francesca Cuzzoni y en especial su archirrival la mezzo veneciana Faustina Bordoni, musa de Handel y Hasse con quien se casó.

De sombras y tempestades fue la temática del programa que tuvo al Concierto en re mayor para laúd de Vivaldi como amable intermedio a cargo de Brandon Acker, virtuoso en guitarra barroca (que aportó excelente explicación), mientras que la primera y tercera parte fue capitaneada por la Vivica Genaux, literalmente eléctrica y encantadora. Handel, Broschi y Hasse integraron la primera con el inevitable Son qual nave de Artaserse, perfecto inicio de una velada vertiginosa como las coloraturas de la mezzo, contrastado por un introspectivo Ombra mai fu con curiosos adornos y Come nave in mezzo all’onde de Hasse. Regresó la bella Genaux para dedicar la última parte integramente a las pirotecnias de Vivaldi con tres arias para quitar el aliento: Come in vano il mare irato y Gelido in ogni vena ambas de Farnace donde exhibió ricas excursiones al registro grave y como final el motete In turbato mare irato que frente a una concurrencia enardecida dió pie al hoy clásico bis Agitata da due venti de Griselda.

La posibilidad de apreciar en vivo raras obras del maestro veneciano en la voz de semejante especialista aportó un toque único a esta temporada musical que pronto finaliza no sin antes brindar un amplio espectro musical. Por ejemplo, sólo en los próximos días se presenta el grupo Seraphic Fire que abordará Passio de Arvo Pärt (viernes 13), el Danish String Quartet un maratón Beethoven (sábado 14), la NWS un festival Ravel (sábado 14) y el pianista Rafael Blechacz (martes 17) sin olvidar al Frost Opera Theater con Cendrillon de Massenet (12 y 14). Y aún falta el primer tramo de mayo con ofertas para tener en cuenta, la Novena de Mahler y Florencia en el Amazonas entre otras.